Dos sendas
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Soñé que estaba en la encrucijada de un camino,
hombres y mujeres optaban
por el sendero estrecho y angosto.
Era una ruta larga, difícil, plagada de dificultades,
con mirada terca, llena de esperanza,
los "locos soñadores"
caminaban hacia la línea del horizonte
y aunque la distancias se mantenía
y el caminar no les servía de mucho,
hipnotizados, no dejaban de andar.
El hambriento, divisaba a lo lejos los alimentos
que siempre debieron alcanzar para todos.
En medio de las zonas de desastres,
Se solía soñar con un extraño paisaje de primavera,
En esa línea lejana, las mujeres, los pobres, los indígenas, y los
negros
vivían sin la discriminación,
que marca crueles diferencias.
La tierra, sin mucha ceremonia,
se le entregaba al campesino,
y la miseria y el desempleo
solo eran en ese horizonte,
recuerdos malos pertenecientes al pasado.
Cuando alguno se detenía, o pretendía retroceder,
una mano solidaria les animaba a caminar.
Por aquellas visiones,
aquellos hombres y mujeres no retrocedían.
Y ante el sol, las crecidas, la zarza y los espinos,
como enloquecidos,
seguían caminado hacia la utopía.
En mi sueño también vi
que otros hombres y mujeres elegían el otro sendero,
mucho menos soleado, más amplio,
menos largo, más tranquilo,
grandes rocas como asientos,
les invitan a sentarse y disfrutar del cielo azul,
pero ellos ciegos por la ambición,
sólo sacaban cuentas
para enriquecerse más en menos tiempo,
y lograr que los que menos tiene,
paguen las deudas que nunca contrajeron.
Pensaban en la guerra como una industria
y la venta de armas como un negocio,
declaran la guerra en contra del terror
y manipulan tratados comerciales,
disfrazando a los lobos de ángeles
para engañar incautos.
A mediados del camino vi que esta senda
cortaba el camino de los otros.
Y yo, que estaba en aquella encrucijada,
mirando desde lejos y desde fuera,
grité por Dios con fuerte voz,
angustiada por la suerte de mis "locos soñadores".
Y para mi asombro El me dijo:
"Porqué clamas a mi, di que marchen,
como le dije al pueblo de Israel frente al mar rojo.
¿Qué haces desde lejos y desde fuera?,
¿cuál es tu senda?,
hace mucho que elegí la mía,
envié hasta mi hijo para salvarlos,
y "los otros" le llevaron a la cruz.
Luego surgieron otros líderes
tan soñadores como "tus locos"
que también asesinaron.
No me llames,
yo estoy desde siempre en el camino estrecho,
y soy la mano solidaria que los ayuda a andar."
Daisy Rojas (Cuba)
hombres y mujeres optaban
por el sendero estrecho y angosto.
Era una ruta larga, difícil, plagada de dificultades,
con mirada terca, llena de esperanza,
los "locos soñadores"
caminaban hacia la línea del horizonte
y aunque la distancias se mantenía
y el caminar no les servía de mucho,
hipnotizados, no dejaban de andar.
El hambriento, divisaba a lo lejos los alimentos
que siempre debieron alcanzar para todos.
En medio de las zonas de desastres,
Se solía soñar con un extraño paisaje de primavera,
En esa línea lejana, las mujeres, los pobres, los indígenas, y los
negros
vivían sin la discriminación,
que marca crueles diferencias.
La tierra, sin mucha ceremonia,
se le entregaba al campesino,
y la miseria y el desempleo
solo eran en ese horizonte,
recuerdos malos pertenecientes al pasado.
Cuando alguno se detenía, o pretendía retroceder,
una mano solidaria les animaba a caminar.
Por aquellas visiones,
aquellos hombres y mujeres no retrocedían.
Y ante el sol, las crecidas, la zarza y los espinos,
como enloquecidos,
seguían caminado hacia la utopía.
En mi sueño también vi
que otros hombres y mujeres elegían el otro sendero,
mucho menos soleado, más amplio,
menos largo, más tranquilo,
grandes rocas como asientos,
les invitan a sentarse y disfrutar del cielo azul,
pero ellos ciegos por la ambición,
sólo sacaban cuentas
para enriquecerse más en menos tiempo,
y lograr que los que menos tiene,
paguen las deudas que nunca contrajeron.
Pensaban en la guerra como una industria
y la venta de armas como un negocio,
declaran la guerra en contra del terror
y manipulan tratados comerciales,
disfrazando a los lobos de ángeles
para engañar incautos.
A mediados del camino vi que esta senda
cortaba el camino de los otros.
Y yo, que estaba en aquella encrucijada,
mirando desde lejos y desde fuera,
grité por Dios con fuerte voz,
angustiada por la suerte de mis "locos soñadores".
Y para mi asombro El me dijo:
"Porqué clamas a mi, di que marchen,
como le dije al pueblo de Israel frente al mar rojo.
¿Qué haces desde lejos y desde fuera?,
¿cuál es tu senda?,
hace mucho que elegí la mía,
envié hasta mi hijo para salvarlos,
y "los otros" le llevaron a la cruz.
Luego surgieron otros líderes
tan soñadores como "tus locos"
que también asesinaron.
No me llames,
yo estoy desde siempre en el camino estrecho,
y soy la mano solidaria que los ayuda a andar."
Daisy Rojas (Cuba)