Dos golpes más

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2 Reyes 13:14-19

Introducción

1. Los seres humanos somos dados a rendirnos. Luchamos, peleamos, empujamos, pero en el momento menos esperado: desistimos, dejamos ir, bajamos los brazos, bajamos la guardia, desmayamos.

2. Toda la Escritura es un llamado a la perseverancia, a continuar hasta alcanzar lo prometido, hasta llegar a la meta, hasta alcanzar el premio.

3. Siempre se le puso de frente a los hombres y mujeres de fe en la Palabra, una meta, una promesa. El alcanzarlas conllevaría fe en el que habló y prometió y por otro lado: esfuerzo, trabajo y persistencia por parte de aquél a quien se le prometió.

4. Utilizaremos varias palabras en el mensaje que recogen la idea de lo que quiero comunicarles en esta noche. Son las siguientes: perseverar, persistir, “hang on”, no te rindas.

5. No perseveramos, no persistimos, no nos rendimos en vano, hay una promesa que Dios mantendrá, hay promesas individuales que Dios ha hecho a cada uno de nosotros y hay cientos de promesas recogidas en la Palabra de Dios para todos nosotros. El llamado en esta noche es el siguiente: ¡ NO TE RINDAS! HANG ON A LITTLE BIT MORE! ¡PERSISTE UN POCO MAS!

Cuerpo del mensaje

1. Vayamos a la historia en 2 Reyes. Eliseo está en su lecho de muerte, ya era anciano, estaba enfermo y moriría de dicha enfermedad. El había sido la voz profética por más de 40 años para el pueblo de Israel.

2. El rey de turno, Joás, reconocía la voz profética en Eliseo y fue a verlo desesperado porque al morir Eliseo, ¿qué sucedería con sus enemigos? ¿prevalecerían contra Israel?

3. El profeta Eliseo lo recibe, oye su clamor y le pide que haga algunas cosas que parecen absurdas, v.15: busca un arco y flechas, empuña el arco, el profeta puso la mano sobre la mano de Joás, le pide que tire al viento por la ventana del oriente, le declara que exterminará a sus enemigos. Luego le pide que tome las flechas, ¿y ahora qué? Que golpee el suelo con las flechas. ¡Qué locura! ¡Qué tontería! ¡Qué ridiculez! Las flechas son para lanzarlas con el arco contra el enemigo, ¡no para golpear el suelo!

4. Lo que no entendía Joás era que las órdenes de Dios son para obedecerlas no para cuestionarlas. Para recibir una victoria completa, para recibir el premio, para alcanzar la meta, para recibir los plenos beneficios del plan de Dios se requiere obediencia y perseverancia.

5. Joás tomó las flechas, “el profeta dice que golpee, pues voy a golpear, pero, ¿hasta cuándo? No me veo muy bien que digamos haciendo este ridículo. Una, dos, tres. Ya es suficiente. No voy a continuar con esta tontería, ya se acabó”.

6. Joás te perdiste la conquista de tus enemigos por no perseverar, por no persistir, por rendirte demasiado pronto. No sabes lo que es perseverancia, si hubieras continuado golpeando aunque no hiciera sentido, si hubieras continuado golpeando por dos veces más, sólo dos veces más, hubieras liquidado a tus enemigos para siempre.

7. Quizás en tu situación la orden es golpea una vez más o hasta 10 si es necesario, el punto es: no te rindas hasta que veas el cumplimiento de lo prometido, hasta que alcances el sueño, hasta que llegues a la meta. Si no continúas golpeando nunca sabrás cuán cerca puedes estar de la victoria.

8. Quizás lo único que falta es que ores una vez más, que adores una vez más, que alabes una vez más, que levantes las manos una vez más, que te quebrantes una vez más, que clames una vez más, que grites una vez más, que llores una vez más, que des una vez más, que ofrendes una vez más, que perdones una vez más, que olvides una vez más, que ames una vez más, que envíes el resumé una vez más, que hagas una llamada una vez más, que vayas a otra entrevista una vez más, y después, ¡LA VICTORIA, LA BENDICION, LA PROMESA CUMPLIDA!

9. Estás en la salida de la carrera, el silbato ha sonado, sales corriendo. El llamado es a correr para ganar, correr directo a la meta. No te canses de hacer lo correcto, no te desanimes, no te rindas, sigue esforzándote, sigue orando hasta el día que serás lo que Dios desea que seas, hasta que veas el cumplimiento de lo prometido. Olvida el pasado, mira hacia adelante.

10. ¿Que sufrirás mientras perseveras? Sí, es cierto, pero hazlo como un valiente soldado de Jesucristo, sin enredarte en los afanes de este mundo, eso te distraerá. Trabaja duro, como el agricultor que espera buena cosecha. No te rindas aunque las cosas no comiencen bien.

11. No te rindas aunque otros no te apoyen, incluso tu familia.

12. No te rindas aunque veas que el recorrido está lleno de sorpresas a veces no muy agradables.

13. No te rindas aunque veas que se está tardando mucho en cumplirse la promesa.

14. Dios siempre hace bien las cosas, aunque pase un largo tiempo.

15. Dios siempre hace bien las cosas, aunque lo que diga parezca absurdo.

16. Dios siempre hace bien las cosas, aunque lo cuestionemos.

17. Dios siempre hace bien las cosas, aunque no comprendamos.

18. Lo que a mí me corresponde hacer es perseverar, persistir, no rendirme.

19. Perseverar implica que habrá alguna medida de lucha, adversidad, prueba y en medio de todo eso, no me rindo, no me doy por vencida, no desmayo. Así se muestra la realidad y seguridad de mi fe.

Conclusión:

1. ¿Qué me hace perseverar? ¿Cómo persisto? ¿Qué me hace no rendirme? Salmo 27:13: “Hubiera yo desmayado (me hubiera rendido) si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes”. Creer que Dios sigue siendo bueno y que su bondad se hará manifiesta, me hace perseverar, no rendirme, no desmayar.

2. Salmo 61:2: “…cuando mi corazón desmaya…” (cuando esté por rendirme) . Aún en mi peor momento, cuando pareciera que no hay ya esperanzas, pareciera que estoy atrapado en el fondo del abismo, lo llamo, lo invoco, le grito, le clamo una vez más y me lleva a una roca alta, más alta que yo.

3. Isaías 41:10: “…no desmayes…” (no te rindas, no te desalientes) . Persevera, sosténte, no desmayes, no te rindas, puedes estar a un paso de tu milagro, a un paso de tu respuesta, a un paso de tu bendición, a un paso de la puerta abierta, a un paso de ese trabajo, a un paso de la sanidad, a un paso, a un aleluya, a un clamor, a una alabanza, golpea una vez más, aunque parezca ridículo, absurdo, aunque parezca que llevas ya demasiado tiempo golpeando, ¡NO TE RINDAS, PERSEVERA, PERSISTE!


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