Dios se quedó en el basural para reciclar la vida

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"Feliz Navidad" se gritan los vecinos de vereda a vereda. Es una frase hecha. Pero da gusto oirla, en medio de tanta "misiadura" y
ondas fúnebres que arrecian. Un poco de aliento viene tan bien para respirar aire puro un rato.
Pero el comercio secuestró la Navidad y la plastificó en cuotas, vidrieras, esloganes. Y nos quedamos sin mensaje, sin novedad, sin
sentido... Navidad ya no es NAVIDAD:
La gente necesita una pausa, una tregua, en este trajinar de terroristas por un lado y de guerreros por otro, en una sociedad con
mucho miedo y poca paz. Ya nada parece fácil. Y casi todo ya dejó de ser bueno, bonito y barato.
La gente necesita un momento de alegría. Y un poco de champagne o sidra ayuda. Y una cena puede dar fuerzas, y hasta reunir los
separados. Hasta algun regalo puede todavía decirnos que hay algo que rompe el interes, interesadamente interesado.
Lo malo que Navidad sea solo eso. Y acabe cuando terminen los cohetes y los brindis.
Navidad en el Evangelio es un drama que termina bien. No hay aborto.
Hay vida. No hay soledad, sino pastores, gente. No hay tristeza sino alegría en coro de ángeles.
Sea símbolo o realidad no importa. Importa el caudal de su mensaje, el sentido.
José y María la pasaron mal. No se abrieron puertas esperadas, se cerraron. Entonces, calle, camino y campo. No hubo lugar sino
rechazo.
Faltaron partera, ginecólogo y sala maternal. No hubo tiempo de ir al shopping y equiparse de cuna, enseres y ropa de bebe.
Y a pesar de todos los pesares triunfa la vida. Y nace el Niño. "Un niño nos ha nacido". Una espera vieja como el Antiguo Testamento. Ahí está la alegría: es decir: Dios. Ahí está el amor: es decir: Dios.
Porque lo que importa en definitiva, en última o primera instancia es la vida. No son las cosas. Ellas dan ambiente, forjan el decorado, arman el escenario, pero lo que da vida son los personajes, los actores, los protagonistas.
Navidad nos sigue haciendo pensar y moviendo a actuar. A ser actores y participar. Porque el Gran protagonista, el pequeño, débil,
indefenso, inocente Jesús vuelve a decirnos en su sollozo de Belen que los humanos no somo descartables como las botellas, no pueden reducirce a residuos, no pueden tratarse como basura a tirar.
Navidad es la fuerza de otro mundo, débil pero solidario, que irrumpe desde dentro de este mundo de shoppings y basurales, para tejer de nuevo (Navidad) el viejo respeto de la fraternidad. Que nos volverá justos y justas, la única manera de eliminar los terrorismos, quebrar la insanía de la violencia y de la guerra: la muerte. La unica manera de construir la paz. Es decir la vida, el bienestar de todos para todos.
Que tengamos !! UNA (ponga ud. el adjetivo) ... NAVIDAD !!

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