Debilidad: Encuentro con Dios y con el prójimo
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Texto: Juan 4:1-26
Los acontecimientos anteriores (Purificación del Templo, encuentro con Nicodemo, bautismos en el desierto) tuvieron lugar en Judea 2:13 y 3:22. El motivo por el que Jesús deja Judea para dirigirse a Galilea era porque los fariseos se enteraron que estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan (vs.1). Aquí hay un referencia a 3:22-30.
Algunos eruditos sostienen que esta fue una estrategia de Jesús para evitar un enfrentamiento prematuro con los religiosos de Judea. El vs 4:4 dice que “...tenía que pasar por Samaria”. Históricamente esta declaración sería incorrecta ya que los judíos que viajaban de Judea a Galilea, o viceversa, hacían todo un rodeo a la provincia de Samaria para evitar el paso por allí. En realidad esta declaración debe entenderse en relación con 4:34 Jesús estaba haciendo la voluntad del que lo envió: se dirigía a Samaria para cosechar frutos para vida eterna 4:34-36. Sicar era un pueblo que se encontraba cercano al terreno que Jacob había comprado a los cananeos cuando regresaba de Padam-aram, y lo había dado en herencia a José y sus hijos Gn.33:18-19 48:22: Jos.24:32. Era un lugar que reunía muchos recuerdos judíos. El pozo no se menciona en el A.T., pero es posible visitarlo hasta el día de hoy (SLADE, Stan, El evangelio de Juan, Kairós, 1998, p.90), está al pie del Monte Gerizim (Dt.11:29 27:11-14).
Era cerca del mediodía y Jesús , fatigado por el viaje, se sienta junto al pozo mientras sus discípulos van al pueblo a comprar comida. Entra en escena una mujer samaritana que va al pozo a buscar agua. De acuerdo a las costumbres de la zona, lo normal era que las mujeres busquen agua en horas tempranas de la mañana, por lo que algunos eruditos infieren que esta mujer va en horas del mediodía para evitar el desprecio de las otras mujeres del pueblo por su vida disipada Jn.4:16-18 (PACKER, J.I. y otros, La vida diaria en los tiempos bíblicos, Vida, 1985, p.35).
Inmediatamente se produce el inusual pedido de Jesús. Inusual decimos porque por una larga historia de odios y desencuentros, los judíos y los samaritanos no se trataban entre sí (Jn.4:9 RVR). Esta historia se remonta a la época en que Salomón construyó su imperio en Judá, en base a la opresión y el trabajo forzado sobre el resto de las tribus (1 Rey.5:13 9:15 12:4). A su muerte las tribus del norte rompieron con Jerusalén para establecer un reino independiente con sede en Siquem 1 Rey.12:16, 25, con su religión sincrética propia 1 Rey.12:25-33. Años más tarde el rey Omri estableció una nueva capital llamada Samaria 1 Rey.16:21-24. Esta situación se agravó cuando en 722 A.C., el Imperio de Asiria conquistó Samaria y llevó cautivo a la mayoría del pueblo y lo dispersó en otros países, y pobló a Samaria con habitantes de otros países, produciendo de esta manera una disolución de la identidad nacional de estos israelitas, ya que se perdió la pureza étnica y religiosa (2 Rey.17:5-6, 24-41). A la vuelta del destierro, los judíos que reconstruían el templo y la ciudad, rechazaron la ayuda que los samaritanos le ofrecieron Esd.4:1-3 Neh.4:1-3. Más tarde los samaritanos construyeron un templo en el Monte Gerizim que fue destruido por el general asmoneo Juan Hircano en 129 A.C. Los judíos frente a los samaritanos se consideraban como puros y guardianes de la sana doctrina, mientras que los samaritanos pensaban que los lugares más antiguos de culto a Dios se encontraban en su territorio y que las pretensiones de los judíos se basaban en la prosperidad que alcanzaron con sus reyes David y Salomón. Los samaritanos reconocían como autoritativo solo el Pentateuco (de ahí la importancia del Monte Gerizim, desde donde se daba la bendición de Dios, en contraposición el Monte Sión, donde estaba el Templo).
Otro aspecto que explica el carácter inusual del pedido de Jesús es que los rabinos judíos no hablaban con mujeres en público, y menos con mujeres de dudosa vida moral Lc.7:39.
La estructura de la conversación que sigue es similar a la conversación con Nicodemo Jn.3:1-21.
Jesús hace una afirmación y se la toma en un sentido incorrecto. Jesús vuelve a repetir la afirmación de una manera más clara, se lo vuelve a comprender mal, y entonces Jesús obliga a la persona con la que está hablando a enfrentar la verdad por sí misma (BARCLAY, W., Juan I, La Aurora, 1984, p.161).
La conversación gira en torno a dos temas aparentemente sin conexión: el agua viva y la adoración. El agua viva era agua corriente, de un arroyo o una fuente. Sin embargo hay toda una significación espiritual que nos da el A.T.: Dios es la fuente de agua viva (Jer.2:13 17:13 Sal.36:8-9), el río de vida brota del Templo de Dios (Ez.47:1-12), el alma sedienta de Dios puede beber de las aguas gratuitamente (Sal.42:1 Is.55:1), en la época mesiánica el lugar seco se convertirá en estanque y el sequedal en manantiales de agua (Is.35:7 44:3ª). Para los rabinos significaba la sabiduría de la Ley (Prov.13:14) y en otros casos el Espíritu Santo (Is.44:3b) (Joel 2:23, 28-29) esta es la significación que le da Jesús (Jn.3:5 7:38-39). La mujer toma las palabras de Jesús de manera literal en primera y segunda instancia (4:11, 15). Ante esta actitud Jesús opta por hablarle de su vida matrimonial (Jn.4:16-18), y aquí se produce el quiebre de la resistencia.
La mujer se encuentra con su propia realidad y no la niega sino que la reconoce: dice la verdad (Jn.4:18b). Recién entonces comienzan a hablar en la misma frecuencia. Por lo que Jesús dice acerca de su vida personal (Jn.1:47-49 2:25), ella percibe que Jesús podría ser el Mesías, entendido en términos samaritanos: un profeta igual a Moisés (Dt.18:18), pues solo aceptaban el Pentateuco, y cualquier referencia a David hubiera sido un escándalo. En este punto algunos eruditos ven una indicación de que la mujer buscaba un lugar donde ofrecer sacrificios por sus pecados, un lugar para encontrar a Dios: la pregunta sobre el monte en el que se debe adorar: Sión (Jerusalén) o Gerizim (Samaria).
La respuesta de Jesús dejó la discusión de siglos quedó fuera de lugar: ni en un lugar ni en otro. La adoración verdadera no está basada en lugares, días o ritos especiales sino en la transformación de los seres humanos, su relación con Dios y sus relaciones entre sí. Si Jesús es la verdad (Jn.14:6) y él da el Espíritu (Jn.1:33 15:26 16:7 20:22), entonces la adoración debe basarse en Él. Si el ser humano va a agradar a Dios tiene que parecerse más a Él (Dios es Espíritu, visto más como la forma que Dios trabaja en el mundo, para determinar la transformación necesaria en el ser humano, y no como una definición esencial) Jer.31:33-34 Ez.36:26-27.
Jesús le está anunciando a la mujer que la era mesiánica, la salvación del reino de Dios, ha llegado en su persona (Jn.4:26). Él es salvador de judíos y samaritanos Él es el que quita el pecado del mundo y bautiza con Espíritu Santo (Jn.1:29-34). Ya se puede entrar en el nuevo nacimiento (Jn.1:12-13 3:3-8) y la nueva vida, y alcanzar la vida eterna (Jn.3:16).
Ante semejante revelación la mujer dejó su cántaro y llevó la buena noticia a sus paisanos: es posible que haya encontrado al Mesías. La gente salió del pueblo y fue a ver a Jesús (Jn.4:29-30), muchos creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer, y muchos otros por las palabras de Jesús, y llegaron a la conclusión que no solo era el salvador de judíos y samaritanos sino el salvador del mundo (Jn.4:39-42).
La cosecha estaba madura y se estaban recogiendo frutos para vida eterna (Jn.4:35-36).
Criterios que surgen a partir del relato
1) En el pasaje Jesús se encuentra en una situación de verdadera debilidad y vulnerabilidad (cansado, sediento y solo), y es a partir de esta situación que aborda la conversación con la mujer samaritana. No lo hace a partir de una postura de superioridad, en la que él se establece como el que tiene algo que decir y dar y el otro tiene que escuchar y recibir. Lo hace a partir de la postura del que también necesita, pero lo poco/mucho que tiene lo comparte. La postura de superioridad crea barreras y levanta muros, no ayuda a comunicar el mensaje del evangelio en cambio la postura de debilidad facilita la comunicación pues trata al otro como persona, también puede ayudar y tiene algo para dar. La estrategia para evangelizar pasa a un segundo plano, hay un interés genuino por la persona. La gloria del Hijo de Dios la podemos contemplar por medio de su encarnación (debilidad) Jn.1:14.
2) Para Jesús lo más importante son las relaciones. Se despoja de prejuicios raciales, religiosos y sociales (ella era marginada por ser mujer y samaritana) en pro de que esta persona establezca una relación con Dios y en pro de lograr un acercamiento con la gente.
3) Una espiritualidad nueva y viva se basa en la verdad (asumir nuestra realidad de pecadores delante de Dios) y en el servicio (la apertura al otro).
Pasos concretos para nuestra práxis personal-eclesial
1) Encarar la tarea evangelizadora desde la debilidad. Estando abiertos a que las personas que no están en la iglesia se encuentran en algún grado de conocimiento de Dios. Aceptar que podemos ser ayudados por ellos, pues la evangelización así entendida se establece como un diálogo de mutuo enriquecimiento. En este proceso, la iglesia también es evangelizada. La misión es de Dios, y Él está actuando en el mundo y en la historia aunque nosotros no nos demos cuenta.
2) Evangelizar desde la debilidad también significa hacerlo desde el servicio al pobre y el marginado. La pobreza y la marginación son una denuncia y un reclamo de arrepentimiento a la sociedad y a la iglesia. La causa de los pobres es la causa de Dios. (Prov.22:22-23 23:22-23). Asumir la causa del pobre es asumir la causa de Dios (Mt.25:34-40).
3) Evangelizar también significa trabajar para que haya plenitud en las relaciones. Buscando la paz en las relaciones interpersonales (Mt.5:9 Rom.12:18 Heb.12:14ª) y en una rica vida de adoración comunitaria (Heb.13:15-16). No podemos mostrar a Dios a otros si estamos desencontrados entre nosotros.
Los acontecimientos anteriores (Purificación del Templo, encuentro con Nicodemo, bautismos en el desierto) tuvieron lugar en Judea 2:13 y 3:22. El motivo por el que Jesús deja Judea para dirigirse a Galilea era porque los fariseos se enteraron que estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan (vs.1). Aquí hay un referencia a 3:22-30.
Algunos eruditos sostienen que esta fue una estrategia de Jesús para evitar un enfrentamiento prematuro con los religiosos de Judea. El vs 4:4 dice que “...tenía que pasar por Samaria”. Históricamente esta declaración sería incorrecta ya que los judíos que viajaban de Judea a Galilea, o viceversa, hacían todo un rodeo a la provincia de Samaria para evitar el paso por allí. En realidad esta declaración debe entenderse en relación con 4:34 Jesús estaba haciendo la voluntad del que lo envió: se dirigía a Samaria para cosechar frutos para vida eterna 4:34-36. Sicar era un pueblo que se encontraba cercano al terreno que Jacob había comprado a los cananeos cuando regresaba de Padam-aram, y lo había dado en herencia a José y sus hijos Gn.33:18-19 48:22: Jos.24:32. Era un lugar que reunía muchos recuerdos judíos. El pozo no se menciona en el A.T., pero es posible visitarlo hasta el día de hoy (SLADE, Stan, El evangelio de Juan, Kairós, 1998, p.90), está al pie del Monte Gerizim (Dt.11:29 27:11-14).
Era cerca del mediodía y Jesús , fatigado por el viaje, se sienta junto al pozo mientras sus discípulos van al pueblo a comprar comida. Entra en escena una mujer samaritana que va al pozo a buscar agua. De acuerdo a las costumbres de la zona, lo normal era que las mujeres busquen agua en horas tempranas de la mañana, por lo que algunos eruditos infieren que esta mujer va en horas del mediodía para evitar el desprecio de las otras mujeres del pueblo por su vida disipada Jn.4:16-18 (PACKER, J.I. y otros, La vida diaria en los tiempos bíblicos, Vida, 1985, p.35).
Inmediatamente se produce el inusual pedido de Jesús. Inusual decimos porque por una larga historia de odios y desencuentros, los judíos y los samaritanos no se trataban entre sí (Jn.4:9 RVR). Esta historia se remonta a la época en que Salomón construyó su imperio en Judá, en base a la opresión y el trabajo forzado sobre el resto de las tribus (1 Rey.5:13 9:15 12:4). A su muerte las tribus del norte rompieron con Jerusalén para establecer un reino independiente con sede en Siquem 1 Rey.12:16, 25, con su religión sincrética propia 1 Rey.12:25-33. Años más tarde el rey Omri estableció una nueva capital llamada Samaria 1 Rey.16:21-24. Esta situación se agravó cuando en 722 A.C., el Imperio de Asiria conquistó Samaria y llevó cautivo a la mayoría del pueblo y lo dispersó en otros países, y pobló a Samaria con habitantes de otros países, produciendo de esta manera una disolución de la identidad nacional de estos israelitas, ya que se perdió la pureza étnica y religiosa (2 Rey.17:5-6, 24-41). A la vuelta del destierro, los judíos que reconstruían el templo y la ciudad, rechazaron la ayuda que los samaritanos le ofrecieron Esd.4:1-3 Neh.4:1-3. Más tarde los samaritanos construyeron un templo en el Monte Gerizim que fue destruido por el general asmoneo Juan Hircano en 129 A.C. Los judíos frente a los samaritanos se consideraban como puros y guardianes de la sana doctrina, mientras que los samaritanos pensaban que los lugares más antiguos de culto a Dios se encontraban en su territorio y que las pretensiones de los judíos se basaban en la prosperidad que alcanzaron con sus reyes David y Salomón. Los samaritanos reconocían como autoritativo solo el Pentateuco (de ahí la importancia del Monte Gerizim, desde donde se daba la bendición de Dios, en contraposición el Monte Sión, donde estaba el Templo).
Otro aspecto que explica el carácter inusual del pedido de Jesús es que los rabinos judíos no hablaban con mujeres en público, y menos con mujeres de dudosa vida moral Lc.7:39.
La estructura de la conversación que sigue es similar a la conversación con Nicodemo Jn.3:1-21.
Jesús hace una afirmación y se la toma en un sentido incorrecto. Jesús vuelve a repetir la afirmación de una manera más clara, se lo vuelve a comprender mal, y entonces Jesús obliga a la persona con la que está hablando a enfrentar la verdad por sí misma (BARCLAY, W., Juan I, La Aurora, 1984, p.161).
La conversación gira en torno a dos temas aparentemente sin conexión: el agua viva y la adoración. El agua viva era agua corriente, de un arroyo o una fuente. Sin embargo hay toda una significación espiritual que nos da el A.T.: Dios es la fuente de agua viva (Jer.2:13 17:13 Sal.36:8-9), el río de vida brota del Templo de Dios (Ez.47:1-12), el alma sedienta de Dios puede beber de las aguas gratuitamente (Sal.42:1 Is.55:1), en la época mesiánica el lugar seco se convertirá en estanque y el sequedal en manantiales de agua (Is.35:7 44:3ª). Para los rabinos significaba la sabiduría de la Ley (Prov.13:14) y en otros casos el Espíritu Santo (Is.44:3b) (Joel 2:23, 28-29) esta es la significación que le da Jesús (Jn.3:5 7:38-39). La mujer toma las palabras de Jesús de manera literal en primera y segunda instancia (4:11, 15). Ante esta actitud Jesús opta por hablarle de su vida matrimonial (Jn.4:16-18), y aquí se produce el quiebre de la resistencia.
La mujer se encuentra con su propia realidad y no la niega sino que la reconoce: dice la verdad (Jn.4:18b). Recién entonces comienzan a hablar en la misma frecuencia. Por lo que Jesús dice acerca de su vida personal (Jn.1:47-49 2:25), ella percibe que Jesús podría ser el Mesías, entendido en términos samaritanos: un profeta igual a Moisés (Dt.18:18), pues solo aceptaban el Pentateuco, y cualquier referencia a David hubiera sido un escándalo. En este punto algunos eruditos ven una indicación de que la mujer buscaba un lugar donde ofrecer sacrificios por sus pecados, un lugar para encontrar a Dios: la pregunta sobre el monte en el que se debe adorar: Sión (Jerusalén) o Gerizim (Samaria).
La respuesta de Jesús dejó la discusión de siglos quedó fuera de lugar: ni en un lugar ni en otro. La adoración verdadera no está basada en lugares, días o ritos especiales sino en la transformación de los seres humanos, su relación con Dios y sus relaciones entre sí. Si Jesús es la verdad (Jn.14:6) y él da el Espíritu (Jn.1:33 15:26 16:7 20:22), entonces la adoración debe basarse en Él. Si el ser humano va a agradar a Dios tiene que parecerse más a Él (Dios es Espíritu, visto más como la forma que Dios trabaja en el mundo, para determinar la transformación necesaria en el ser humano, y no como una definición esencial) Jer.31:33-34 Ez.36:26-27.
Jesús le está anunciando a la mujer que la era mesiánica, la salvación del reino de Dios, ha llegado en su persona (Jn.4:26). Él es salvador de judíos y samaritanos Él es el que quita el pecado del mundo y bautiza con Espíritu Santo (Jn.1:29-34). Ya se puede entrar en el nuevo nacimiento (Jn.1:12-13 3:3-8) y la nueva vida, y alcanzar la vida eterna (Jn.3:16).
Ante semejante revelación la mujer dejó su cántaro y llevó la buena noticia a sus paisanos: es posible que haya encontrado al Mesías. La gente salió del pueblo y fue a ver a Jesús (Jn.4:29-30), muchos creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer, y muchos otros por las palabras de Jesús, y llegaron a la conclusión que no solo era el salvador de judíos y samaritanos sino el salvador del mundo (Jn.4:39-42).
La cosecha estaba madura y se estaban recogiendo frutos para vida eterna (Jn.4:35-36).
Criterios que surgen a partir del relato
1) En el pasaje Jesús se encuentra en una situación de verdadera debilidad y vulnerabilidad (cansado, sediento y solo), y es a partir de esta situación que aborda la conversación con la mujer samaritana. No lo hace a partir de una postura de superioridad, en la que él se establece como el que tiene algo que decir y dar y el otro tiene que escuchar y recibir. Lo hace a partir de la postura del que también necesita, pero lo poco/mucho que tiene lo comparte. La postura de superioridad crea barreras y levanta muros, no ayuda a comunicar el mensaje del evangelio en cambio la postura de debilidad facilita la comunicación pues trata al otro como persona, también puede ayudar y tiene algo para dar. La estrategia para evangelizar pasa a un segundo plano, hay un interés genuino por la persona. La gloria del Hijo de Dios la podemos contemplar por medio de su encarnación (debilidad) Jn.1:14.
2) Para Jesús lo más importante son las relaciones. Se despoja de prejuicios raciales, religiosos y sociales (ella era marginada por ser mujer y samaritana) en pro de que esta persona establezca una relación con Dios y en pro de lograr un acercamiento con la gente.
3) Una espiritualidad nueva y viva se basa en la verdad (asumir nuestra realidad de pecadores delante de Dios) y en el servicio (la apertura al otro).
Pasos concretos para nuestra práxis personal-eclesial
1) Encarar la tarea evangelizadora desde la debilidad. Estando abiertos a que las personas que no están en la iglesia se encuentran en algún grado de conocimiento de Dios. Aceptar que podemos ser ayudados por ellos, pues la evangelización así entendida se establece como un diálogo de mutuo enriquecimiento. En este proceso, la iglesia también es evangelizada. La misión es de Dios, y Él está actuando en el mundo y en la historia aunque nosotros no nos demos cuenta.
2) Evangelizar desde la debilidad también significa hacerlo desde el servicio al pobre y el marginado. La pobreza y la marginación son una denuncia y un reclamo de arrepentimiento a la sociedad y a la iglesia. La causa de los pobres es la causa de Dios. (Prov.22:22-23 23:22-23). Asumir la causa del pobre es asumir la causa de Dios (Mt.25:34-40).
3) Evangelizar también significa trabajar para que haya plenitud en las relaciones. Buscando la paz en las relaciones interpersonales (Mt.5:9 Rom.12:18 Heb.12:14ª) y en una rica vida de adoración comunitaria (Heb.13:15-16). No podemos mostrar a Dios a otros si estamos desencontrados entre nosotros.