De entre las ciudades todas
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De entre las ciudades todas
La más noble es Bethlehem,
Pues de ella salió el Mesías,
El Rey santo de Israel.
Lúcida estrella, en Oriente
Da a la tierra el parabién,
Y publica que, humanado,
Ya su Dios se deja ver.
A su cuna van los magos
Ricos dones a ofrecer;
Camino y dones que prueban
Reconocimiento y fe.
El incienso a Dios proclama;
El oro se ofrece al Rey,
Y la mirra indica al hombre
Que ha venido a padecer.
¡Mi Jesús, mi Dios, mi hermano,
Mi soberano, mi bien!,
Aunque pobres, yo mis dones
Quiero ofrecerte a mi vez.
Mi corazón te consagro,
La prenda de más valer;
De mi oración el perfume;
Mis sufrimientos también.
Y en la vida y en la muerte
Sólo tuyo quiero ser,
Pues tú reinas con el Padre
Y el Espíritu. Amén.
La más noble es Bethlehem,
Pues de ella salió el Mesías,
El Rey santo de Israel.
Lúcida estrella, en Oriente
Da a la tierra el parabién,
Y publica que, humanado,
Ya su Dios se deja ver.
A su cuna van los magos
Ricos dones a ofrecer;
Camino y dones que prueban
Reconocimiento y fe.
El incienso a Dios proclama;
El oro se ofrece al Rey,
Y la mirra indica al hombre
Que ha venido a padecer.
¡Mi Jesús, mi Dios, mi hermano,
Mi soberano, mi bien!,
Aunque pobres, yo mis dones
Quiero ofrecerte a mi vez.
Mi corazón te consagro,
La prenda de más valer;
De mi oración el perfume;
Mis sufrimientos también.
Y en la vida y en la muerte
Sólo tuyo quiero ser,
Pues tú reinas con el Padre
Y el Espíritu. Amén.