DADME UN HOMBR PARA PELEAR

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DADME UN HOMBRE PARA PELEAR

Texto 1ª de Samuel 17:1-11
Introducción

A— Desde que el diablo se revelo contra Dios en el cielo siempre a habido lucha entre los hijos de Dios y las huestes de maldad.
B— La Biblia declara que el arcángel Miguel peleo contra el diablo y sus ángeles para echarles del cielo.

Desde entonces no ha cesado la lucha el diablo por tratar de detener los planes de Dios.

Comenzó en el huerto del Edén engañando a Adán y Eva para que desobedecieran a Dios y perder su destino.

Hoy sigue peleando en contra de los hijos de Dios para que tampoco alcancen su destino, ya que todos tenemos un destino en Dios.

C— En el cielo el arcángel Miguel se paro para Dios y peleo por Dios y sus propósitos.

Siempre ha habido hombres a lo largo de la historia que se han parado para pelear las batallas del Señor contra sus enemigos, y tenemos ejemplos de grandes hombres como Gedeon, David y tantos otros que podríamos nombrar.

Dios esta buscando en este día hombres que se sigan parando a pelear para Dios a pesar de las dificultades y lo fiero que se vea al enemigo.

1er Punto EXTENDIENDO EL REINO

A— Cuando Dios libero a su pueblo de la esclavitud les encomendó que tomaran la tierra prometida, ya que era la promesa dada a Abran cuando Dios le llamo a servirle.

Conocemos la historia del pueblo de Israel como fueron a parar a Egipto y como terminaron esclavos de aquel que les invito a ir a establecerse allí el Faraón.

Esta es un poco la historia del ser humano como el faraón nos invita a establecernos en sus dominios para luego terminar siendo sus esclavos.

Yo seque usted le dice a la gente que esta esclava y le van a contestar que no son esclavos de nadie como le respondieron los fariseos al Señor.

Juan 8:34 dice: Jesús les respondió: de cierto de cierto os digo que todo aquel que hace pecado esclavo es del pecado.

Vemos que Dios levanto a Moisés para conducir a su pueblo hacia la tierra prometida y fue Josué el que comenzó la conquista de la tierra.

B— La Biblia nos enseña que cuando Josué repartió la tierra a las diferentes tribus no se había conquistado toda la tierra el comenzó algo que luego otros tendrían que continuar.

Vemos esto como una realidad en las escrituras porque vemos a los reyes de Israel empezando por Saúl y continuando con David como ellos tuvieron que pelear para, extender los dominios del reino….. No todo había acabado con Josué.

Aquí hay una verdad poderosa que necesitamos mirar con la iglesia también.

Jesucristo vino a liberar de la esclavitud a una humanidad perdida y sin posibilidad de liberarse a si misma.

Cristo vino a establecer el reino de Dios en donde el diablo había usurpado con su poder engañoso en el corazón de los hombres.

Mateo 4:17 dice: desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: arrepentíos por que el reino de los cielos se ha acercado.

El Señor inicio el trabajo y preparo a hombres que lo continuaran y que a su vez estos prepararan a otros para que siguieran el trabajo de extender el reino.
Mateo 28:18-20 leerlo
C— Desde entonces el trabajo de extender el reino no ha parado ni puede parar hasta que el Señor venga….hemos visto levantarse a hombres y mas hombres a lo largo de la historia de la iglesia hasta nuestros días.

Es algo glorioso cuando vemos que siempre hay hombres dispuestos a seguir el trabajo que el Señor comenzó y que nos encargo a su iglesia que continuáramos.

Es algo glorioso cuando miras en una conferencia las parejas respondiendo al llamado de la gran comisión, dispuestos a dejar su tierra y su parentela para ir al lugar que Dios les ha puesto en su corazón para extender el reino de Dios.

2º Punto EL TEMOR A SEGUIR AVANZANDO

A— La historia de nuestro texto vemos una gran verdad de la que podemos aprender nosotros en este día.

Nos muestra como el pueblo de Dios estaba en la batalla constante de extender el reino estoes terminar de conquistar lo que no se había conquistado del todo por que había enemigos que querían ocupar lo que por derecho divino les correspondía a ellos.

De la misma manera las almas le pertenecen a Dios y el diablo no las quiere soltar y la iglesia tiene la necesidad y la obligación de seguir peleando por conquistar las almas que por derecho a nuestro Salvador le corresponden.

Pero vemos algo en nuestro texto y es que el pueblo de Dios se detuvo de pelear, el cansancio lo duradero de la conquista, el costo de extender el reino, no querer hacer sacrificios, porque toda conquista conlleva sacrificios.

Tal vez el mirar los que venían del frente de batalla de pelear heridos mutilados, de ver el sufrimiento y el dolor les detuvo de querer seguir peleando.

B—Y o me pregunto que le esta pasando al ejercito de Dios en este tiempo, donde están los hombres que quieran seguir peleando por extender el reino.

Se mira una falta de respuesta cuando hay una necesidad de seguir mandando hombres al frente de batalla.

Hoy ya no hay tantos discípulos con ganas de ir al campo como en otros tiempos, antes los discípulos acudían en masa a sus pastores para que los preparasen para ser enviados.

Yo recuerdo en las conferencias llenarse el altar en dos filas de la cantidad de hombres que respondían al llamado de Dios.

Me ha tocado estar estos últimos años en algunas conferencias y ver que son más los que regresan que los que se van.

Tal vez sea este el problema, que vemos regresar a los soldados del campo de batalla heridos sangrando y ya no queremos ir por si nos pasa a nosotros lo mismo.

Déjame decirte algo los que regresan vienen heridos pero no están muertos, todavía viven y están de regreso al hospital de campaña que es la iglesia para ser tratados y que en el tiempo estén listos de nuevo para el combate.

B— El problema es como tratamos a nuestros heridos, por que el único ejército que no trata a sus heridos es el ejército de Dios, todos los ejércitos tratan con cuidado y respeto a sus heridos, los animan y los alientan.

Como recibimos a los que regresan como los tratamos por que aunque hayan caído cayeron en el frente de batalla y necesitan el calor de la iglesia, necesitan sentirse en casa no en un lugar extraño.

La iglesia es un lugar de restauración es un lugar de recuperación de heridos en el campo de batalla.

Galatas 6:1-4 leerlo

A veces tenemos el síndrome de Caín: Soy yo el guardián de mi hermano

Los que regresan necesitamos mirarlos como héroes no como fracasados por que no establecieron nada en la ciudad donde fueron.

Quien dijo que siempre que fuéramos íbamos a tener éxito el Señor nos aviso que habría lugares donde tal vez no sucediera nada.

Mateo 10:14 dice: si alguno no os recibiere ni oyere vuestras palabras salid de aquella casa o ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies.

Pero esto no lo podemos usar como una excusa para no seguir extendiendo el reino.

El diablo quiere dejarnos postrados y que no sigamos avanzando como hizo el pueblo de Dios en nuestro texto, el desea retener las almas de los hombres y mujeres y que sigan en esclavitud.

QUIEN PELEARA LA BATALLA DEL SEÑOR

A— La escritura de nuestro texto miramos algo muy significativo y es que cuando nos detenemos el diablo se burla de nosotros.

Dice que del ejercito de los enemigos del pueblo de Dios salio un paladín llamado Goliat que gritaba ¡DADME UN HOMBRE PARA PELEAR¡ y nadie respondía.

La Biblia nos dice que por muchos días salía este gigante y nadie respondía a su desafió por el contrario todos estaban atemorizados.

Parece que la historia se repite por que el diablo esta desafiando a hombres que vallan a pelear con el por la posesión de las almas y de las ciudades.

Pero hoy el corazón de los hijos de Dios esta atemorizado y con muchos miedos y hay una falta de respuesta para pelear.

El temor detiene los pies de muchos para ir a pelear como a los soldados de Saúl, pero el temor no es una de las características que definan a los hijos de Dios porque Dios nos ha dado un espíritu valeroso.

2ª de Timoteo 1:7 dice: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Este es el espíritu que esta en todos los hijos de Dios porque el nos lo ha dado a todos ya que el no hace acepción de personas.

B— Hoy sigue habiendo la misma necesidad de que alguien valla a pelear la batalla del Señor el llamamiento sigue siendo el mismo desde el cielo.

Isaías 6:8 dice: Después oí la voz del Señor que decía, ¿a quien enviare y quien ira por nosotros? , entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Isaías dijo oí la yo la voz del Señor que decía, hoy estamos esperando que sean otros los que oigan la voz en vez de oír la nosotros….. A veces no queremos oír de Dios por que esto nos trae aun compromiso de darle a Dios una respuesta.

No queremos ser confrontados con decisiones como estas de ir a pelear las batallas del Señor porque implica riesgo y sacrificio y muchos tienen miedo al fracaso.

Pero déjame decirte algo alguien dijo vale mas hacer algo para Dios y fracasar que no hacer nada.

Nadie del ejército de Saúl quería salir a pelear una por temor a ser muerto y otra por la responsabilidad que implicaba perder la pelea, ya que el que perdía se convertía en siervo del otro.

Vivimos en un mundo cómodo donde a la gente hoy no les gusta asumir responsabilidades por eso la gente hoy no se casan y se juntan, por que así en cualquier momento se pueden marchar.

C— En David vemos algo poderoso este es un joven que mientras los demás no hacen nada el esta dispuesto a arriesgar porque había poco que perder y mucho que ganar.

Filipenses 1:21 Pablo hace esta declaración: porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

El oyó como todos el reto ¡DADME UN HOMBRE PARA PELEAR¡y el no espero a que fuera nadie el fue con su pastor y le dijo tu siervo ira y peleara contra este filisteo.

Cual era la diferencia entre David y el resto en que David estaba lleno del Espíritu Santo y tenia su confianza en Dios por las batallas libradas en el pasado un oso y un león.

El sabia que cada experiencia era diferente no fue la misma batalla la del oso que la del león ni la que se le presentaba ahora de pelear contra el gigante.

La cuestión es que el no veía al gigante sino lo que Dios podía hacer a través de el.

Hermano cada experiencia en la batalla por conquistar las almas y las ciudades para Dios son diferentes, tu no mires las dificultades que están delante tu mira lo que Dios puede hacer contigo si vas y peleas por Dios.

Tenemos que hacer nuestras las promesas de Dios como hacia David, y esto es lo que le empujaba a seguir peleando cada día.

Filipense 4:13 dice: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Josué 1:3 dice: Yo os he entregado como o había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro.
Joel 3:10 dice diga el débil fuerte soy.

Hoy en cada pueblo, en cada ciudad, en cada nación Goliat sigue gritando ¡DADME UN HOMBRE PARA PELEAR¡.

Desde el cielo Dios sigue haciendo la misma pregunta ¿A QUIEN ENVIARE Y QUIEN IRA POR NOSOTROS?

Alguien tiene una respuesta para darle a Dios cuantos en esta generación de comodidad y de materialismo esta dispuesta a dejarlo todo y decir ¡HEME AQUÍ SEÑOR ENVIAME AMI.












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