Apocalipsis 1:5-8
0
0
Reinado de Cristo (blanco)
Daniel 7:13-14; Apocalipsis 1:5-8; Juan 18:33-37; Salmo 93:1-2, 5.
Análisis
La festividad católico-romana de "Cristo Rey" (es contradictorio que esté en un Leccionario "ecuménico", porque es una celebración del poder temporal de la Iglesia) hace que se abandone la secuencia de Heb y su use un texto de Ap, y además recortado. El corte es introducido porque quiere apuntar a los títulos reales cristológicos. Veamos algunos detalles.
V. 5-6: la descripción de la acción de Cristo se hace mediante calificativos. Jesús es lo que le hemos visto hacer. Es probable que al tiempo de la Escritura de Ap estos títulos ya estuvieran fijados. En algunos casos recuperan tradiciones veterotestamentarias. Esos títulos se trasladan en la consecuencia para nosotros. En tanto Rey, nos transforma en reino, en tanto liberador de los pecados, nos santifica. El texto, como suele ocurrir en Ap se corta por una inserción doxológica.
V. 7: Esa soberanía y dominio eterno se hará visible, aún para quienes lo ignoran. Pero se hará visible también en su debilidad, en su padecimiento. La majestad del que se manifiesta en su poder y gloria plenos no desmiente el padecimiento por el cual accede. Provoca la lamentación de todas las tribus de la tierra.
v.8: Nuevamente se elabora un título, que recoge tradiciones y nombres israelitas de Dios. Estos títulos están vinculadas con la tradición del Éxodo, con la marcha de una nueva liberación.
Comentario
En caso de usar la fecha para hablar del Reinado de Cristo, conviene verlo, entonces, como la expresión de una visión desde el sufrimiento que busca consuelo y certeza de que todo este dolor no es en vano, despojado del aire triunfalista que tiene la festividad en sí. La afirmación del Señorío de Cristo suena muy distinto como afirmación de un anciano exilado que le escribe a Iglesias que están sufriendo persecución hasta el martirio (el caso de Juan en Patmos) que en boca de un Papa que busca reafirmar la autoridad de la Iglesia en el mundo secular (la festividad de Cristo Rey fue decretada por León XIII a principios del S. XX).
Cristo es Señor por su entrega y por el efecto liberador de su ministerio. No es Señor por que ejerce el poder, sino porque mostró su dignidad desde el no-poder. En la historia humana aparece como "el cordero degollado", y solo al final se revelará como el jinete victorioso de la espada de doble filo. Por eso el primer título se refiere a la fidelidad de su testimonio, o, en otros términos, a la integridad de su martirio. Si se predica sobre esos textos es una oportunidad para mostrar que los "poderes frágiles" del amor, la entrega, la integridad, son más fuertes que los "poderes duros" de la imposición. Ese es el modo de la realeza de Cristo.
Daniel 7:13-14; Apocalipsis 1:5-8; Juan 18:33-37; Salmo 93:1-2, 5.
Análisis
La festividad católico-romana de "Cristo Rey" (es contradictorio que esté en un Leccionario "ecuménico", porque es una celebración del poder temporal de la Iglesia) hace que se abandone la secuencia de Heb y su use un texto de Ap, y además recortado. El corte es introducido porque quiere apuntar a los títulos reales cristológicos. Veamos algunos detalles.
V. 5-6: la descripción de la acción de Cristo se hace mediante calificativos. Jesús es lo que le hemos visto hacer. Es probable que al tiempo de la Escritura de Ap estos títulos ya estuvieran fijados. En algunos casos recuperan tradiciones veterotestamentarias. Esos títulos se trasladan en la consecuencia para nosotros. En tanto Rey, nos transforma en reino, en tanto liberador de los pecados, nos santifica. El texto, como suele ocurrir en Ap se corta por una inserción doxológica.
V. 7: Esa soberanía y dominio eterno se hará visible, aún para quienes lo ignoran. Pero se hará visible también en su debilidad, en su padecimiento. La majestad del que se manifiesta en su poder y gloria plenos no desmiente el padecimiento por el cual accede. Provoca la lamentación de todas las tribus de la tierra.
v.8: Nuevamente se elabora un título, que recoge tradiciones y nombres israelitas de Dios. Estos títulos están vinculadas con la tradición del Éxodo, con la marcha de una nueva liberación.
Comentario
En caso de usar la fecha para hablar del Reinado de Cristo, conviene verlo, entonces, como la expresión de una visión desde el sufrimiento que busca consuelo y certeza de que todo este dolor no es en vano, despojado del aire triunfalista que tiene la festividad en sí. La afirmación del Señorío de Cristo suena muy distinto como afirmación de un anciano exilado que le escribe a Iglesias que están sufriendo persecución hasta el martirio (el caso de Juan en Patmos) que en boca de un Papa que busca reafirmar la autoridad de la Iglesia en el mundo secular (la festividad de Cristo Rey fue decretada por León XIII a principios del S. XX).
Cristo es Señor por su entrega y por el efecto liberador de su ministerio. No es Señor por que ejerce el poder, sino porque mostró su dignidad desde el no-poder. En la historia humana aparece como "el cordero degollado", y solo al final se revelará como el jinete victorioso de la espada de doble filo. Por eso el primer título se refiere a la fidelidad de su testimonio, o, en otros términos, a la integridad de su martirio. Si se predica sobre esos textos es una oportunidad para mostrar que los "poderes frágiles" del amor, la entrega, la integridad, son más fuertes que los "poderes duros" de la imposición. Ese es el modo de la realeza de Cristo.