Antífona de alabanza
0
0
¡Gloria sea a Ti Dios Todopoderoso!
Tú hablaste, y la luz iluminó la oscuridad y lo creado surgió del caos.
(mujeres)
Tú respiraste en el polvo de la tierra y nos formaste a tu imagen.
(hombres)
Tú miraste la obra de tus manos y declaraste que todo era bueno.
Y todavía hablas, respiras y mantienes tus ojos sobre nosotros,
Te alabamos
¡Gloria a Ti Jesucristo!
Tú has venido a nuestro encuentro como refugiado, como niño amenazado, la palabra hecha carne, nacido en un lugar olvidado.
mujeres)
Tú nos llamas, por tu nombre, a dejar nuestra comodidad para ser tus discípulas, compañeras, amigas.
(hombres)
Para salvarnos te humillaste, extendiste tus brazos, para quitar nuestros pecados y saboreaste la muerte para traernos la vida.
Y todavía sales a nuestro encuentro, nos llamas y nos salvas.
Te alabamos
¡Gloria a ti, Santo Espíritu! Tú anidaste sobre el caos, concibiendo y dando forma a la nueva creación de Dios.
(mujeres)
Tú inspiraste a profetas y evangelistas a descubrir la palabra precisa para el momento oportuno.
(hombres)
Tú liberaste a la iglesia primitiva para la misión, la de proclamar la vida para el Señor de todo.
Y todavía anidas entre nosotros, nos inspiras y liberas.
Te alabamos.
¡Gloria a ti, Dios Trino y Uno! Estás rodeado por el canto de los santos en el cielo y presente aquí y ahora entre nosotros.
¡Te adoramos!
Tú hablaste, y la luz iluminó la oscuridad y lo creado surgió del caos.
(mujeres)
Tú respiraste en el polvo de la tierra y nos formaste a tu imagen.
(hombres)
Tú miraste la obra de tus manos y declaraste que todo era bueno.
Y todavía hablas, respiras y mantienes tus ojos sobre nosotros,
Te alabamos
¡Gloria a Ti Jesucristo!
Tú has venido a nuestro encuentro como refugiado, como niño amenazado, la palabra hecha carne, nacido en un lugar olvidado.
mujeres)
Tú nos llamas, por tu nombre, a dejar nuestra comodidad para ser tus discípulas, compañeras, amigas.
(hombres)
Para salvarnos te humillaste, extendiste tus brazos, para quitar nuestros pecados y saboreaste la muerte para traernos la vida.
Y todavía sales a nuestro encuentro, nos llamas y nos salvas.
Te alabamos
¡Gloria a ti, Santo Espíritu! Tú anidaste sobre el caos, concibiendo y dando forma a la nueva creación de Dios.
(mujeres)
Tú inspiraste a profetas y evangelistas a descubrir la palabra precisa para el momento oportuno.
(hombres)
Tú liberaste a la iglesia primitiva para la misión, la de proclamar la vida para el Señor de todo.
Y todavía anidas entre nosotros, nos inspiras y liberas.
Te alabamos.
¡Gloria a ti, Dios Trino y Uno! Estás rodeado por el canto de los santos en el cielo y presente aquí y ahora entre nosotros.
¡Te adoramos!