Amor Maternal
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Un niño, blandamente en su cama reposa,
mientras canta gozosa una voz de mujer,
entremos, contemplemos al chiquillo que sueña,
no tiene frio el pequeño, ni siente hambre ni sed.
Aunque con mil remiendos, su lecho está mullido,
semeja un blanco nido do reposa un turpial
un dedito aprisionan sus inocentes labios,
su cuerpito un ser sabio bien lo supo abrigar.
La lluvia suena, el niño de súbito despierta,
y allá una madre alerta prepara un biberón
!Miradla...!de frío tiembla!.... Al fuego se calienta,
y una sonrisa ostenta su tierno labio en flor.
No le importa su andrajo, ni su descalza planta,
un amoroso canto salta en su corazón,
y entre besos y besos lo saca de la cuna,
y alegre cual ninguna, suplica en oración.
!Mi Dios, mi Dios eterno, es tuyo mi pequeño,
que el diablo en cruel empeño no lo aleje del bien,
que no sea como el mundo en su maldad altivo,
que sea un reflejo vivo del Niño de Belén!.
Y mientras cae la lluvia, el nene se adormece,
mientras ella lo mece con amor maternal,
ese amor que no siente el frío, por abrigarlo,
y no puede escucharlo ni un instante llorar.
!Oh amor de madre, inmenso, que hace olvidar las penas,
que da vida a sus venas, que se irradia en su faz.
!Oh amor que no supera otro amor en la tierra,
porque ese amor encierra lo que otro amor .... jamas...!
!Oh amor, que el labio mío no acaba de cantarlo,
solo sabe explicarlo la boca maternal!
!Dios bendiga a las madres de toda raza humana,
y a la madre cristiana de la unción celestial.
mientras canta gozosa una voz de mujer,
entremos, contemplemos al chiquillo que sueña,
no tiene frio el pequeño, ni siente hambre ni sed.
Aunque con mil remiendos, su lecho está mullido,
semeja un blanco nido do reposa un turpial
un dedito aprisionan sus inocentes labios,
su cuerpito un ser sabio bien lo supo abrigar.
La lluvia suena, el niño de súbito despierta,
y allá una madre alerta prepara un biberón
!Miradla...!de frío tiembla!.... Al fuego se calienta,
y una sonrisa ostenta su tierno labio en flor.
No le importa su andrajo, ni su descalza planta,
un amoroso canto salta en su corazón,
y entre besos y besos lo saca de la cuna,
y alegre cual ninguna, suplica en oración.
!Mi Dios, mi Dios eterno, es tuyo mi pequeño,
que el diablo en cruel empeño no lo aleje del bien,
que no sea como el mundo en su maldad altivo,
que sea un reflejo vivo del Niño de Belén!.
Y mientras cae la lluvia, el nene se adormece,
mientras ella lo mece con amor maternal,
ese amor que no siente el frío, por abrigarlo,
y no puede escucharlo ni un instante llorar.
!Oh amor de madre, inmenso, que hace olvidar las penas,
que da vida a sus venas, que se irradia en su faz.
!Oh amor que no supera otro amor en la tierra,
porque ese amor encierra lo que otro amor .... jamas...!
!Oh amor, que el labio mío no acaba de cantarlo,
solo sabe explicarlo la boca maternal!
!Dios bendiga a las madres de toda raza humana,
y a la madre cristiana de la unción celestial.