Adviento en mí

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Sabes de cunas improvisadas,
del no techo y del desprecio,
pero te quedas como la estrella
que nunca se apaga,
Alfa y Omega.

Vienes a mi corazón ,
cuna de luces y sombras
-que no está terminada-
y me llamas por mi nombre,
me conoces toda, me conoces bien.

Y aunque no comprendo aún
el misterio de Belén y tu destino,
hoy me decido:
soy una cuna abierta,
soy voz en el desierto,
que endereza sus veredas
y allana sus caminos,
para que tu transites.
Así espero…

Bienvenido eres pequeñito,
aquí te espero!

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