Vinieron de otras Partes.
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Jesús,
naciste entre los pobres,
como el más marginado
de los excluidos de tu tierra.
Naciste entre la naturaleza,
entre animales de labranza,
aquellos que marcan los surcos
de siembras y cosechas.
Entre los burros de carga,
transporte de los humildes.
Vinieron de otras partes
gente sabia a conocerte,
admirados al ver en el esplendor
de una estrella itinerante,
la posibilidad admirable pero cierta
de tu humana divinidad.
Venían de pueblos lejanos,
sitios siempre legendarios.
Seguían tu luz liberadora,
que dignifica a los empobrecidos,
dándoles el reino divino.
Un mundo diferente,
Otro e imprescindible,
necesario.
Los sabios,
representantes de otras religiones,
etnias y nacionalidades,
vinieron de más allá de desiertos,
mares y montañas.
Reconociendo al Dios niño,
al Dios Pobre y moreno,
al Dios posible.
Te vieron en brazos de Maria,
en su regazo juvenil y tranquilo:
La esclava de Dios,
tu madre fiel y amorosa,
Paradigma de nueva humanidad.
Estabas con José obrero,
con los muy humildes pastores.
Mujeres y hombres solidarios.
Se acercaron al sitio bendito,
trayendo sus calidas sonrisas,
multiplicadas en gestos de amor.
Te vieron los sabios sorprendidos
en el pesebre convertido en cuna,
al no encontrarte en el ofensivo
palacio del lacayo usurpador.
Abriendo sus cofres ofrecieron
sus presentes al Dios Humanidad.
También ofrecieron su adoración
al estar frente al Dios encarnado,
Dios hecho pobreza y dignidad,
hecho pueblo,
sentimiento,
esperanza.
Ofrecieron regalos perecederos,
de oro, incienso y mirra.
Recibieron en abundancia del niño,
la esperanza de un mundo nuevo,
construcción de la Nueva Humanidad.
Obed Juan Vizcaíno Nájera.
Maracaibo 03 de enero 2007.
naciste entre los pobres,
como el más marginado
de los excluidos de tu tierra.
Naciste entre la naturaleza,
entre animales de labranza,
aquellos que marcan los surcos
de siembras y cosechas.
Entre los burros de carga,
transporte de los humildes.
Vinieron de otras partes
gente sabia a conocerte,
admirados al ver en el esplendor
de una estrella itinerante,
la posibilidad admirable pero cierta
de tu humana divinidad.
Venían de pueblos lejanos,
sitios siempre legendarios.
Seguían tu luz liberadora,
que dignifica a los empobrecidos,
dándoles el reino divino.
Un mundo diferente,
Otro e imprescindible,
necesario.
Los sabios,
representantes de otras religiones,
etnias y nacionalidades,
vinieron de más allá de desiertos,
mares y montañas.
Reconociendo al Dios niño,
al Dios Pobre y moreno,
al Dios posible.
Te vieron en brazos de Maria,
en su regazo juvenil y tranquilo:
La esclava de Dios,
tu madre fiel y amorosa,
Paradigma de nueva humanidad.
Estabas con José obrero,
con los muy humildes pastores.
Mujeres y hombres solidarios.
Se acercaron al sitio bendito,
trayendo sus calidas sonrisas,
multiplicadas en gestos de amor.
Te vieron los sabios sorprendidos
en el pesebre convertido en cuna,
al no encontrarte en el ofensivo
palacio del lacayo usurpador.
Abriendo sus cofres ofrecieron
sus presentes al Dios Humanidad.
También ofrecieron su adoración
al estar frente al Dios encarnado,
Dios hecho pobreza y dignidad,
hecho pueblo,
sentimiento,
esperanza.
Ofrecieron regalos perecederos,
de oro, incienso y mirra.
Recibieron en abundancia del niño,
la esperanza de un mundo nuevo,
construcción de la Nueva Humanidad.
Obed Juan Vizcaíno Nájera.
Maracaibo 03 de enero 2007.