Un barrilete a veces

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Setiembre en mi país es primavera. Una brisa juguetona se pasea sobre los hombros de los árboles. Y del cielo empiezan a colgarse y descolgarse los barriletes. Aquí les llamamos cometas.
Caña, papel, hilo y los sueños suben... y bajan si hay viento.
Pero ¿saben una cosa? para los/as niños/as la oración es como un barrilete ¿verdad?
Un domingo o cualquier día pueden ir con los/as chicos/as de la Iglesia a un descampado, después de haber preparado barriletes. Es decir: a la vez también enseñarles a orar.
Jugar, divertirse, disfrutar, emocionarse y compartir con el sube y baja de las cometas.
Eso también es oración. Luego cantar el poema siguiente...


Un barrilete parece a veces
nuestra oración.
Si el viento es fuerte, le doy más hilo
sube hasta el sol.
Si cabecea me pongo triste
se va a caer.
Yo tengo miedo que si colea
se va a romper.
Es que es tan débil mi barrilete
caña y papel

Mis oraciones también parecen
caña y papel.
Cualquier vientito las tira abajo,
¡qué poca fe!.

Cuando empezamos les falta ovillo
a nuestra oración.
Sube un poquito, después se queda:
y ¿zas! se cayó.
Es que no creo que mis palabras
las oiga Dios.

El barrilete no sube solo
lo subo yo.
Si sólo hablamos, sin hacer nada
no es oración.

Estar orando no es pedir siempre
que Dios me dé.
Es con mis manos y mis trabajos
que oro al Señor.
con mis mandados y mis deberes
les muestro amor.

Yo pido siempre tener más ganas
de ser mejor.
Con mi alegría y mi cariño
doy gusto a Dios.

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