¿Cuál es el significado y el uso del Cirio Pascual ?
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Algunos pensamientos relacionados con las preguntas más frecuentes,
realizado por el equipo de liturgia de la ELCA.
¿Cuál es el significado y el uso del Cirio Pascual ?
El fuego ha sido por largo tiempo un signo de la presencia de Dios.
El Antiguo Testamento está lleno de ejemplos : la zarza ardiente en
el Monte Sinaí, la columna de fuego en el desierto, las luces de las
lámparas del tabernáculo, y el fuego sacrificial en el altar del
templo de Jerusalén. Los primeros cristianos con mucha
naturalidad y en forma semejante utilizaron el fuego nuevo como un
símbolo de la presencia de su Señor resucitado, la nueva columna de
fuego.
En Jerusalén, los primeros cristianos bendecian y encendían velas
todos los sábados a la noche. Alrededor de finales del siglo quinto
o sexto, esta costumbre llegó a relacionarse con la celebración de la
Resurrección, y el cirio pascual encontró su camino de incorporación
a la celebración litúrgica en la iglesia de occidente.
En la iglesia medieval, encontramos un sentido simbólico para cada
aspecto del cirio pascual. Apagado, representaba al Cristo muerto y
sepultado ; encendido, representaba el esplendor y la gloria de la
resurrección de Cristo. La mecha representaba la humanidad de Cristo,
y el halo de la llama representaba su divinidad.
Otras velas encendidas a partir del cirio pascual simbolizaban a
Cristo entregando el Espíritu Santo a los discípulos.
Para nosotros, el simbolismo del triunfo de Cristo sobre las
tinieblas del pecado y la muerte es preeminente.
Este simbolismo es más visible cuando el cirio pascual es
"introducido" cada año en la congregación durante la Vigilia Pascual.
Cuando la Vigilia comienza, la iglesia está en oscuridad,
simbolizando las tinieblas del sepulcro que contenía al Cristo
crucificado. Un nuevo fuego es encendido y el cirio pascual es
iluminado, representando al Cristo crucificado, la Luz del mundo.
De igual manera cuando el cirio es transportado en procesión hacia el
interior de la nave de la iglesia en tinieblas, también Cristo
ilumina nuestro camino en la oscuridad. Durante la procesión,
aquellos que lo sostienen lo levantan y cantan : "La Luz de Cristo" a
lo cual todos responden : "Demos gracias a Dios".
Este significado es muy claro en el rito romano que dice : "Cristo
nuestro Luz". No nos podemos equivocar sobre el sentido de este
gesto. Cristo está presente en el medio de la asamblea. No
pretendemos repetir la resurrección física de Cristo. No estamos
simplemente rememorando un acontecimiento del pasado en el cual
Cristo estaba presente. El realidad en este mensaje de la
resurrección es que el Cristo Resucitado esta presente aquí y ahora,
con y por nosotros. No existe un momento en particular durante la
procesión de la luz o durante la liturgia de la vigilia en el cual
creemos que sea el momento exacto de la resurrección de Cristo.
El antiguo Pregón Pascual, cantada frente a la luz del cirio pascual,
dice muy claramente : "¡Oh noche verdaderamente bendita que sola fue
digna de conocer el momento y la hora en que Cristo resucitó del
abismo ?" (Libro de Liturgia y Cánticos, pág. 143). Estamos
congregados en las tinieblas para esperar y contemplar la
resurrección. Gradualmente penetramos en la realidad que Cristo ha
resucitado y se hace presente en medio de nosotros.
Precediendo a esta procesión, es encendido un gran fuego.
Simbólicamente, este es el fuego a partir del cual se
encienden todas las otras velas. Tradicionalmente, antes de encender
el cirio con el fuego nuevo, se realizaba una inscripción sobre el
cirio con la cruz, el alfa y la omega, y la fecha del año actual.
Este gesto reforzaba el tema de la presencia de Cristo entre nosotros
ahora y por toda la eternidad. La siguiente afirmación podía
acompañar la inscripción : "Cristo Ayer y Hoy, el principio y el
fin, Alfa y Omega. Suyos son los tiempos y las edades, a Dios sea la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén". Cinco granos
de incienso puede insertarse en la cruz con clavos, representando las
cinco llagas de Cristo, mientras se dice lo siguiente : " Por
las llagas de Cristo, santo y glorioso, podamos ser protegidos y
cuidados". Si bien el cirio tiene un simbolismo en si mismo, el
ministro puede realizar los símbolos a medida que dice las palabras.
A lo largo de los cincuenta días de Pascua, el cirio pascual
tradicionalmente se lo ubica cerca del altar como un
símbolo de la resurrección. Se lo enciende para cada celebración
litúrgica durante los cincuenta días de Pascua. (La Pascua dura hasta
Pentecostés, los cincuenta días !). Idealmente, las velas permanecen
encendidas continuamente desde la Vigilia de Pascua hasta
Pentecostés. Como esto no es usualmente práctico, el cirio
pascual puede ser encendido a la llegada de los celebrantes y
permanecer encendido hasta que todos hayan partido. Para resaltar el
simbolismo, se puede encender en toda reunión de los fieles en grupos
que se reúnan en el templo o en salones próximos. Si las Vísperas son
celebradas durante el tiempo de Pascua, la asamblea se reúne para la
oración alrededor del cirio pascual encendido. No se utiliza una
vela diferente para las vísperas.
En algunas tradiciones, el cirio pascual se apaga finalmente durante
la lectura del Evangelio en el Día de la Ascensión de Nuestro Señor.
Esta práctica enfatiza la presencia histórica de Jesús luego de la
resurrección, dejando en segundo lugar el énfasis de la presencia del
Cristo Resucitado en nuestra época. El simbolismo integral del cirio
pascual nos invita a dejarlo encendido y en lugar central durante
todo el tiempo de Pascua.
Después de Pentecostés, el cirio pascual se lo ubica en su candelero
cerca de la fuente bautismal como un recordatorio visual de que en
nuestro bautismo, hemos sido crucificados y resucitado con Cristo. El
cirio es encendido en cada celebración de Bautismo, durante el cual
una pequeña vela bautismal es encendida a partir del cirio para ser
entregada al bautizado o sus padrinos. Esta acto es un recordatorio
visual de la conexión integral entre el Bautismo y la Pascua. Durante
los funerales, el cirio pascual es encendido y ubicado en su
candelero en la cabecera del féretro durante los ritos funerarios. De
una forma visual, el cirio pascual proclama el mensaje de Romanos 6 :
3-5 (utilizado al comienzo de la liturgia de funerales) : "Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como
Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros
llevemos una Vida nueva".
El cirio pascual debe ser de un tamaño importante, más bien grande,
si deseamos que su simbolismo tan importante hable con claridad.
Igualmente el candelero en el cual este descansa debe ser de un
tamaño grande. La Pregón Pascual (Libro de Liturgia y Cánticos
pág.143 : Exultet) canta las glorias de este cirio : "cuyo
resplandor no disminuye, aún cuando su luz se divide y se comparte,
pues lo alimenta la cera líquida que las abejas, tus criaturas,
hicieron para la sustancia de este cirio". Para hablar con claridad,
este cirio debe ser hecho de cera y el tamaño del cirio debe
visiblemente disminuir a lo largo de las estaciones y del año.
Idealmente, un nuevo cirio pascual se inscribe y se enciende cada año
en la Vigilia de Pascua. Esto puede resultar costoso, de modo que
usted puede ser creativo en la utilización de aquello que queda del
cirio empleado el año anterior. Es posible ahorrar una suma
considerable de dinero e incorporar a un numero mayor de miembros de
la comunidad en la preparación de la Vigilia Pascual fabricando su
propio cirio pascual.
Preparado por Scott C. Weidler.
Abril de 1996.
Traducido y adaptado por Lisandro Orlov
Marzo 1999.
Algunas partes de este artículo han sido adaptados de un trabajo
previo de la Pastora S.Anita Stauffer.
realizado por el equipo de liturgia de la ELCA.
¿Cuál es el significado y el uso del Cirio Pascual ?
El fuego ha sido por largo tiempo un signo de la presencia de Dios.
El Antiguo Testamento está lleno de ejemplos : la zarza ardiente en
el Monte Sinaí, la columna de fuego en el desierto, las luces de las
lámparas del tabernáculo, y el fuego sacrificial en el altar del
templo de Jerusalén. Los primeros cristianos con mucha
naturalidad y en forma semejante utilizaron el fuego nuevo como un
símbolo de la presencia de su Señor resucitado, la nueva columna de
fuego.
En Jerusalén, los primeros cristianos bendecian y encendían velas
todos los sábados a la noche. Alrededor de finales del siglo quinto
o sexto, esta costumbre llegó a relacionarse con la celebración de la
Resurrección, y el cirio pascual encontró su camino de incorporación
a la celebración litúrgica en la iglesia de occidente.
En la iglesia medieval, encontramos un sentido simbólico para cada
aspecto del cirio pascual. Apagado, representaba al Cristo muerto y
sepultado ; encendido, representaba el esplendor y la gloria de la
resurrección de Cristo. La mecha representaba la humanidad de Cristo,
y el halo de la llama representaba su divinidad.
Otras velas encendidas a partir del cirio pascual simbolizaban a
Cristo entregando el Espíritu Santo a los discípulos.
Para nosotros, el simbolismo del triunfo de Cristo sobre las
tinieblas del pecado y la muerte es preeminente.
Este simbolismo es más visible cuando el cirio pascual es
"introducido" cada año en la congregación durante la Vigilia Pascual.
Cuando la Vigilia comienza, la iglesia está en oscuridad,
simbolizando las tinieblas del sepulcro que contenía al Cristo
crucificado. Un nuevo fuego es encendido y el cirio pascual es
iluminado, representando al Cristo crucificado, la Luz del mundo.
De igual manera cuando el cirio es transportado en procesión hacia el
interior de la nave de la iglesia en tinieblas, también Cristo
ilumina nuestro camino en la oscuridad. Durante la procesión,
aquellos que lo sostienen lo levantan y cantan : "La Luz de Cristo" a
lo cual todos responden : "Demos gracias a Dios".
Este significado es muy claro en el rito romano que dice : "Cristo
nuestro Luz". No nos podemos equivocar sobre el sentido de este
gesto. Cristo está presente en el medio de la asamblea. No
pretendemos repetir la resurrección física de Cristo. No estamos
simplemente rememorando un acontecimiento del pasado en el cual
Cristo estaba presente. El realidad en este mensaje de la
resurrección es que el Cristo Resucitado esta presente aquí y ahora,
con y por nosotros. No existe un momento en particular durante la
procesión de la luz o durante la liturgia de la vigilia en el cual
creemos que sea el momento exacto de la resurrección de Cristo.
El antiguo Pregón Pascual, cantada frente a la luz del cirio pascual,
dice muy claramente : "¡Oh noche verdaderamente bendita que sola fue
digna de conocer el momento y la hora en que Cristo resucitó del
abismo ?" (Libro de Liturgia y Cánticos, pág. 143). Estamos
congregados en las tinieblas para esperar y contemplar la
resurrección. Gradualmente penetramos en la realidad que Cristo ha
resucitado y se hace presente en medio de nosotros.
Precediendo a esta procesión, es encendido un gran fuego.
Simbólicamente, este es el fuego a partir del cual se
encienden todas las otras velas. Tradicionalmente, antes de encender
el cirio con el fuego nuevo, se realizaba una inscripción sobre el
cirio con la cruz, el alfa y la omega, y la fecha del año actual.
Este gesto reforzaba el tema de la presencia de Cristo entre nosotros
ahora y por toda la eternidad. La siguiente afirmación podía
acompañar la inscripción : "Cristo Ayer y Hoy, el principio y el
fin, Alfa y Omega. Suyos son los tiempos y las edades, a Dios sea la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén". Cinco granos
de incienso puede insertarse en la cruz con clavos, representando las
cinco llagas de Cristo, mientras se dice lo siguiente : " Por
las llagas de Cristo, santo y glorioso, podamos ser protegidos y
cuidados". Si bien el cirio tiene un simbolismo en si mismo, el
ministro puede realizar los símbolos a medida que dice las palabras.
A lo largo de los cincuenta días de Pascua, el cirio pascual
tradicionalmente se lo ubica cerca del altar como un
símbolo de la resurrección. Se lo enciende para cada celebración
litúrgica durante los cincuenta días de Pascua. (La Pascua dura hasta
Pentecostés, los cincuenta días !). Idealmente, las velas permanecen
encendidas continuamente desde la Vigilia de Pascua hasta
Pentecostés. Como esto no es usualmente práctico, el cirio
pascual puede ser encendido a la llegada de los celebrantes y
permanecer encendido hasta que todos hayan partido. Para resaltar el
simbolismo, se puede encender en toda reunión de los fieles en grupos
que se reúnan en el templo o en salones próximos. Si las Vísperas son
celebradas durante el tiempo de Pascua, la asamblea se reúne para la
oración alrededor del cirio pascual encendido. No se utiliza una
vela diferente para las vísperas.
En algunas tradiciones, el cirio pascual se apaga finalmente durante
la lectura del Evangelio en el Día de la Ascensión de Nuestro Señor.
Esta práctica enfatiza la presencia histórica de Jesús luego de la
resurrección, dejando en segundo lugar el énfasis de la presencia del
Cristo Resucitado en nuestra época. El simbolismo integral del cirio
pascual nos invita a dejarlo encendido y en lugar central durante
todo el tiempo de Pascua.
Después de Pentecostés, el cirio pascual se lo ubica en su candelero
cerca de la fuente bautismal como un recordatorio visual de que en
nuestro bautismo, hemos sido crucificados y resucitado con Cristo. El
cirio es encendido en cada celebración de Bautismo, durante el cual
una pequeña vela bautismal es encendida a partir del cirio para ser
entregada al bautizado o sus padrinos. Esta acto es un recordatorio
visual de la conexión integral entre el Bautismo y la Pascua. Durante
los funerales, el cirio pascual es encendido y ubicado en su
candelero en la cabecera del féretro durante los ritos funerarios. De
una forma visual, el cirio pascual proclama el mensaje de Romanos 6 :
3-5 (utilizado al comienzo de la liturgia de funerales) : "Por el
bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como
Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros
llevemos una Vida nueva".
El cirio pascual debe ser de un tamaño importante, más bien grande,
si deseamos que su simbolismo tan importante hable con claridad.
Igualmente el candelero en el cual este descansa debe ser de un
tamaño grande. La Pregón Pascual (Libro de Liturgia y Cánticos
pág.143 : Exultet) canta las glorias de este cirio : "cuyo
resplandor no disminuye, aún cuando su luz se divide y se comparte,
pues lo alimenta la cera líquida que las abejas, tus criaturas,
hicieron para la sustancia de este cirio". Para hablar con claridad,
este cirio debe ser hecho de cera y el tamaño del cirio debe
visiblemente disminuir a lo largo de las estaciones y del año.
Idealmente, un nuevo cirio pascual se inscribe y se enciende cada año
en la Vigilia de Pascua. Esto puede resultar costoso, de modo que
usted puede ser creativo en la utilización de aquello que queda del
cirio empleado el año anterior. Es posible ahorrar una suma
considerable de dinero e incorporar a un numero mayor de miembros de
la comunidad en la preparación de la Vigilia Pascual fabricando su
propio cirio pascual.
Preparado por Scott C. Weidler.
Abril de 1996.
Traducido y adaptado por Lisandro Orlov
Marzo 1999.
Algunas partes de este artículo han sido adaptados de un trabajo
previo de la Pastora S.Anita Stauffer.