+Completa imagen de Dios

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Difícil se ha vuelto compartir contigo muchas cosas que sobre mí afanosamente han sobrevolado las aguas del Espíritu, recordando los relatos que de la Creación hallamos en libros tan bien y tan mal conocidos por nuestras ciencias y aún por nuestra Fe. Como imposible se ha vuelto desenredar los misterios que han llevado a la humanidad al término de sus días de esperanza y sosiego infinitos… ¿Será que nos hemos olvidado del Dios Verdadero y precipitado todas nuestras energías a llenar el vacío que el contacto con la materia nos ha dejado en el alma? ¿Será que hemos dejado de confiar en la Verdad y en la Vida? ¿Será que no queremos ver dónde esta nuestra esperanza porque se hace realidad la profecía de los eternos campos de fresas, vaticinada por el cuarteto inglés?
¿De qué se trata pues amiga mía esta inmisericorde y omnipresente vergüenza que tiene el ser de sí mismo, del ser, ver existir y el sentir, del saberse amado por tan Poderoso Ser…
Y es el preciso instante en que mi mente y mi corazón se hallan embotados en resolver todo esto, cuando pronta y súbitamente aterrizo de nuevo al mundo y la cotidianeidad esporádica, efímera que cada ser humano vilipendia y entretiene por la vida es entonces cuando reaparecen en mí la culpa y la resignación a un mismo tiempo, sintiéndome cada vez más agotado, de pretender ser todo y llegar a la nada de hablar por la vida sin escritura divina pretendiendo olvidar mi pasado para contrarrestar y castigar mi presente, anhelando un futuro que no llega: una paz absurda repleta de laberintos sin fin.
Cantando al son del arpa y cotejando libremente los saludos de pequeños demonios del mesomundo que a mi cabeza atañe cada vez que un trozo de poesía sensualmente vaga por el aire, sutilmente, buscando acariciar una frente sublime sin desgaste sangre nueva para la alianza ya refutada por los hombres.
Inútilmente has buscado hasta ahora alma mía, lo que es placer de la vida, es decir: el simple placer por vivir sin afirmar el vivir de placer… ¿Existir con el goce de Su Presencia acaso? El negar tu propia existencia ha desembocado en el desempacho de las riquezas ocultas en el inframundo y la revelación de los misterios a los sencillos. Vamos a preguntar y torturarte de nuevo: ¿a caso has contemplado esto? Alguna vez miraste el sol del atardecer con la esperanza incierta de volverlo a hacer, pero eso no detuvo tu caída hacia las tormentas jóvenes del espíritu, aquel que aún busca madurez, vida y fortaleza para continuar hasta que halle reposo en su Salvador.
Cantando al son de la negra noche, y del valiente día, que escogen entre la vida y la muerte de los instantes, consumiendo así nuestra pequeña y penosa visión del universo. Quisiera dormir con las estrellas y vagar en un sueño sin perderme con ellas, porque esa oportunidad dichosa de conocer a su Creador no lo poseen como tú y yo, y que sin embargo hemos poseído durante tantos siglos anhelando desde siempre.
Quisiera hoy poder compartir contigo mi delirio de vida y muerte unidas en un instante, por el cuál se ha disputado la humanidad toda un saga de complejidades e inertes cachivaches. Pero ahora no es posible, puesto que ahora me toca a mí buscar desde mis adentros, buscar de nuevo fuera y contemplar la mirada de Aquel que impulsa estas letras con Amor y Ternura muy poco concebibles por los habitantes del monte al final de nuestros mundos. Quisiera pero no puedo. Por ello te pido paciencia y misericordia para esta alma necesitada de la tuya: bondad terrena y símbolo del Poderoso. Gracias por leer estas líneas, porque somos tú y yo burdas representaciones del Eterno y sin embargo, grandes ante sus ojos. Nos mira Él como una madre a un engendro del demonio, ahora transformados por su mirada atenta, cambiante y Misericordiosa: envueltos en su Luz…
Ahora puedes darte cuenta de toda tu flaqueza, mi poca fluidez de espíritu (porque estúpidamente yo mismo lo he querido así) y la pobreza de nuestros corazones… porque nos hemos olvidado de Dios.
Dime entonces tan sólo una cosa, alma mía: ¿Quieres vivir junto a Él? ¿Quieres realmente vivir en su morada santa? Trae contigo entonces todo tu ser y elévalo a lo profundo de ti misma: entrégaselo todo a Él sin dudarlo un instante más: ¿Qué podrías perder? No te atrevas si crees que todavía tienes remedio.
Atrévete a ser un vaso frágil en sus manos y desconectarte del mundo, de la red y demás telarañas vigentes: Saluda a tu Creador con tu Júbilo o con tu derrota en las manos (según sea el caso y la ocasión). Pero por lo que más quieras: No te dejes vencer porque ÉL ES TU SALVACIÓN.

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