¿A quien iremos?
0
0
¿A QUIEN IREMOS?
Dentro de esta narración del escritor Juan encontramos un trasfondo apoyado en el libro del Éxodo, donde además encontramos algunas similitudes entre estos dos pasajes que sería importante rescatar en la exposición de este mensaje. Los versos finales del capitulo 5 nos presenta a Jesús, apenas concluyendo una discusión con los fariseos acerca de su identidad como hijo de Dios, después de que levantara a un paralítico en Betesda un día de reposo. Ahora en los versos iniciales del capitulo 6 encontramos a Jesús seguido de una gran multitud por las señales y milagros que nuestro Señor realizara. Sin embargo lo primero que observamos es a Jesús cruzando el mar de Galilea y tras él a esta gran multitud. Le seguía una gran multitud- porque veía en Jesús la respuesta a sus necesidades, porque había atestiguado el poder de su gloria, encontramos muchos tras el maestro porque veían en Jesús al que podría paliar y dar descanso a su dolor.
Este mismo cuadro lo encontramos en el Exodo un pueblo saliendo de la esclavitud de Egipto, con grandes expectativas y anhelos. Salidos con la esperanza de una mejor forma de vida. Helos ahí, cruzando el Mar Rojo, ahora se encuentran al otro lado del mar, están contemplando como los cuerpos de los egipcios yacen a la orilla del mar, al fin son libres. Cruzaron el mar acompañados de señales, Dios enviando plagas para librarles de Egipto, Dios abriendo el Mar Rojo para librarles de Egipto. Si hay algo de lo que como iglesia presente estamos seguros es que nuestro Dios NO cambia. Lo que hizo ayer lo hace hoy y lo podrá hacer mañana. Tal parece que la historia narrada en el Éxodo y la historia que describe Juan no quiere dejarse olvidar y se hace presente día tras día. Si Egipto hoy puede contemplar grandes multitudes siguiendo a Jesús es porque él ha extendido su mano hacia nosotros, porque hemos encontrado en Jesús la respuesta a nuestras necesidades, porque ayer no teníamos sueños y anhelos, sin embargo hoy los tenemos porque Jesús nos ha vuelto a vida.
Pero ¿que milagros y qué señales hemos visto? Sin duda alguna podría pasarme el día entero contándote grandes milagros que Dios ha realizado, y cómo estos mismos han despertado en el hombre el deseo de conocer de Dios, milagros que han vuelto al hombre hacia Jesús. El incrédulo que no creía hoy se encuentra entre las filas de los aleluyas, el escéptico hoy profesa sobre Cristo.
¡Pero no erremos! El más grande milagro es nuestra salvación. Cierto es que la apertura del Mar Rojo es un a gran prodigio de parte de Dios, cierto es que alimentar a 5000 almas con tan sólo 5 panes y dos peces es señal de su poder. Sin embargo nuestra salvación está muy por encima de estos prodigios y estas señales. Nuestra salvación merece una máxima distinción. Por eso es que hoy nosotros reconocemos sus señales, nosotros le alabamos por sus obras. Al igual que María y Moisés entonamos cánticos que declaran su poder y Señorío.
¿QUIÉN COMO TU OH JEHOVÁ ENTRE LOS DIOSES?
¿QUIÉN COMO TU MAGNIFICO EN SANTIDAD,
TERRIBLE EN MARAVILLOSAS HAZAÑAS
HACEDOR DE PRODIGIOS?
EXTENDISTE TU DIESTRA
LA TIERRA LOS TRAGO
NOS HAS CONDUCIDO EN MISERICORDIA
A ESTE TU PUEBLO HAS REDIMIDO.
Al igual que los israelitas hemos visto sus señales, al igual que aquella multitud, vamos tras él, porque hemos visto sus señales, hemos cruzado el mar tras nosotros y frente a nosotros las señales siguen manifestándose.
Sin embargo el relato histórico del Exodo presenta un cambio radical, ahora el cuadro que los Israelitas tienen frente a ellos, es difícil de aceptar, un desierto desolador, una travesía de cardos y espinos, pronto nos damos cuenta que las alabanzas y el reconocimiento hacia nuestro Dios, empiezan a cesar, los semblantes que irradiaban alegría y felicidad, cambian abruptamente, el pueblo que alababa ha enmudecido, ahora llevan tres días sin beber agua, se despiertan murmuraciones, lo que ayer eran alabanzas se convirtieron en reproches.
Exodo 15 .25 y Exodo 16.4 nos declara textualmente que Dios ahora les probaría.
El resultado de la prueba evidenciaría si estaban dispuestos a continuar creyendo en aquel que les había sacado de Egipto, pronto el resultado de la prueba le haría saber si su pueblo estaba dispuesto a depender en él por sobre cualquier circunstancia. El resultado ya lo conocemos, no sólo murmuraron sino que además volvieron sus ojos a Egipto.
<>
La misma escena la contemplamos en el tiempo de Jesús con la multitud
Han cruzado el Mar de Galilea tras Jesús, tras la multitud y frente a ella, las señales siguen manifestándose, de nuevo son participes de uno de los milagros del maestro- Con tan sólo 5 panes y dos peces les alimenta, ha multiplicado los panes para alimentar a 5000 almas. Jesús ha mostrado su amor desinteresado hacia esta multitud, hasta ese momento la alegría y la felicidad es desbordante. Sin embargo ahora encontramos al maestro como parte de una prueba individual para Felipe a una prueba generalizada para toda aquella multitud. Llegó para esta multitud el momento de probarles, su amor no ha cambiado, su amor aun prevalecía para con ellos, les hablo con dureza no porque estuviera resentido, sino porque aún les amaba. Llegó el momento de pasarlos por fuego, el resultado de la prueba revelaría quiénes serian sus verdaderos discípulos. La confrontación y las palabras que Jesús expresara hacia ellos, traería como resultado reproches, murmuraciones y quejas.
Juan 6 41. Declara textualmente que <>
Juan 6.60. Declara que muchos de sus discípulos no soportaban sus palabras
<> <<¿quién puede oírla?>>
Juan 6 61. Declara que <>
Juan 6.66 . Dice- <>
El resultado de la prueba - restó numerosos discípulos, estos no sólo miraron atrás como las israelitas sino que además de mirar, lograron volverse atrás. Las pruebas que nuestro Dios pusiera a los hijos de Israel, las pruebas que Jesús pusiera a aquellos que se proclamaban sus discípulos arrojaron un mismo resultado- El hombre vuelto atrás. Sin embargo Hoy por hoy Dios desea encontrar a un pueblo que le busque y le siga, no por lo que Él pueda darnos, sino por lo que ÉL es. Como Iglesia sabemos que seguir a Jesús no es nada sencillo, cuesta seguirle. Como iglesia sabemos que no estamos exentos de luchas y pruebas, la Iglesia desde su manifestación en el libro de los Hechos ha experimentado vicisitudes, persecuciones, muerte. Jesús fue muy claro al declarar que <>
Lo lamentable es que estos dos pasajes nos están hablando tanto del pueblo de Dios como de sus discípulos. En ellos encontramos amnesia espiritual. Las señales, los milagros, los portentos que manifestaban el poderío y señorío de nuestro Dios quedaron en el olvido. El momento de prueba había hecho sombra a su alabanza, el desierto había secado sus gargantas, ya no más le alababan, ya no más le reconocían. Sin embargo para el escritor Juan, esta prueba no sólo arrojó resultados negativos, algo desea Juan que atendamos. ¡No todo son notas tristes!, ¡No todo son malas noticias! El se encontraba entre esa multitud, él fue probado, el timbre de reprensión en la voz de Jesús también se dirigió hacia él, la mirada de Jesús también se ubico en su persona ¿Quieren acaso irse también ustedes? Ahí miramos a Juan, a ese discípulo amado recibiendo también reprensión, a ese discípulo amado siendo pasado por fuego. La mirada de Jesús enmudece a todos ellos. De pronto una voz da fin al silencio, es Pedro el arrebatado, las palabras que expresara Pedro, fueron las declaraciones que hicieron eco en su corazón, tanto penetraron en él que logro rescatarlas de entre sus memorias, tanto simpatizó con sus palabras que decidió arrebatarlas de sus labios para plasmarlas en su evangelio.
Señor ¿A QUIEN IREMOS? TÚ tienes palabras de vida eterna.
Que sus palabras en ocasiones sean duras y difíciles de aceptar- quizá. Que muchos hoy se han apartado- quizá, que la prueba sea difícil y desgastaste, quizá pero a pesar de todo a él iremos. Juan pudo observar cómo muchos de aquellos, que quizá ya eran sus amigos, decidían volver atrás. Al igual que Juan hemos sido testigos cómo muchos de los que se añadieron a la Iglesia, ENTRE aquellos QUIZÁ MUCHOS YA ocupaban un lugar importante en nuestra vida. Quizá ERAN AMIGOS NUESTROS, tal vez era nuestra familia misma lamentablemente cuando su FE fue puesta a prueba, se halló falsa y decidieron retroceder. Hoy la mirada de Jesús se dirige a sus Iglesia, a los suyos. Hoy al igual que Ayer las palabras de Jesús son las mismas. Han transcurrido 20 siglos y las preguntas que Jesús expresó a sus discípulos, siguen haciendo eco a la Iglesia. Sin embargo Hoy al igual que Pedro- estamos ciertos en afirmar, que a pesar de todo a él iremos, porque sólo él tienen palabras de vida eterna. Recuerdo perfectamente cómo entre los años de mi adolescencia, un día mi Padre abrió el refrigerador para que comiéramos y sólo encontró la olla de frijoles, abrió la alacena y sólo encontró una bolsa de sopa, rápidamente mi hermano y yo comenzamos a buscar por toda la casa monedas tiradas para completar las tortillas, fue uno de los momentos más difíciles, sin embargo lo que más tengo presente es que allí mi Jesús estaba, su misericordia y su fidelidad aún allí estaban presentes. Como familia él nos ha llevado por pastos deleitosos, en abundancia y prosperidad, Dios nos ha enseñado a tener como a no tener, pero la más grande lección que él nos ha enseñado es que Él Sigue siendo el mismo. Son lecciones que no podemos olvidar, su amor aun y a pesar de las circunstancias difíciles sigue manifiesto a nosotros, pese a que desde nuestra perspectiva visualicemos abandono de su parte, él sigue estando allí, tarde o temprano el pasará por fuego nuestra FE. Esa es la más grande riqueza que posee la iglesia. Cristo, Cristo, Cristo, Yo le amo no por lo que el me da sino por lo que el es, Yo le amo no por lo que el me ofrece sino porque el es mi Dios, y si hoy le amo es porque él me amo primero.
Quizá el sol y el desierto nos agote, sin embargo allí el Espíritu Santo nos recuerda y nos dirige a Cristo- El es el agua de Vida, el es el pan de vida. Estamos entre Egipto y Canaan y porque Canaan es Cristo a él iremos. Cansado el camino ¡quizá! pero a pesar de todo a Cristo iremos, el sol es agotador ¡quizá! pero a pesar de todo a Cristo iremos como iglesia, somos la novia que va al encuentro con su esposo, cierto es que hoy no caminamos sobre alfombras rojas, pero sabemos que cuando lleguemos a él, mansiones celestiales nos esperan, cuando lleguemos a él, no habrá más llanto, cuando lleguemos a él, no habrá mas dolor, cuando lleguemos a él, las enfermedades se irán. Somos la novia enamorada que toda palabra le parece dulce, quizá a muchos les suenen duras y difíciles de aceptar, sin embargo, cuando él emite palabra a su novia, sus palabras son como miel a nuestro paladar.
Iglesia en este desierto ¿a quien iremos? Iglesia, no perdamos la brújula la tierra prometida nos espera. El es Canaán. ¿A quién iremos? Si solo Jesús es la tierra que fluye leche y miel. Somos el remanente fiel que aún lucha por seguir las pisadas del Maestro. Somos las ovejas que conocen la voz de su pastor. Quizá aveces nos lleve por caminos pedregosos, quizá aveces sea larga la travesía, sin embargo conocemos que después de esta travesía, mejores pastos nos esperan.
¿A quien podemos ir? si sólo él es nuestro consuelo, si sólo el es nuestro refugio, si sólo el es nuestro socorro, si sólo el nos ama con amor eterno, Si sólo él tiene palabras de vida eterna
Que el Señor nos ayude a permanecer firmes en medio de la prueba y a pesar de ella poder declarar como Pedro-
Nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Dentro de esta narración del escritor Juan encontramos un trasfondo apoyado en el libro del Éxodo, donde además encontramos algunas similitudes entre estos dos pasajes que sería importante rescatar en la exposición de este mensaje. Los versos finales del capitulo 5 nos presenta a Jesús, apenas concluyendo una discusión con los fariseos acerca de su identidad como hijo de Dios, después de que levantara a un paralítico en Betesda un día de reposo. Ahora en los versos iniciales del capitulo 6 encontramos a Jesús seguido de una gran multitud por las señales y milagros que nuestro Señor realizara. Sin embargo lo primero que observamos es a Jesús cruzando el mar de Galilea y tras él a esta gran multitud. Le seguía una gran multitud- porque veía en Jesús la respuesta a sus necesidades, porque había atestiguado el poder de su gloria, encontramos muchos tras el maestro porque veían en Jesús al que podría paliar y dar descanso a su dolor.
Este mismo cuadro lo encontramos en el Exodo un pueblo saliendo de la esclavitud de Egipto, con grandes expectativas y anhelos. Salidos con la esperanza de una mejor forma de vida. Helos ahí, cruzando el Mar Rojo, ahora se encuentran al otro lado del mar, están contemplando como los cuerpos de los egipcios yacen a la orilla del mar, al fin son libres. Cruzaron el mar acompañados de señales, Dios enviando plagas para librarles de Egipto, Dios abriendo el Mar Rojo para librarles de Egipto. Si hay algo de lo que como iglesia presente estamos seguros es que nuestro Dios NO cambia. Lo que hizo ayer lo hace hoy y lo podrá hacer mañana. Tal parece que la historia narrada en el Éxodo y la historia que describe Juan no quiere dejarse olvidar y se hace presente día tras día. Si Egipto hoy puede contemplar grandes multitudes siguiendo a Jesús es porque él ha extendido su mano hacia nosotros, porque hemos encontrado en Jesús la respuesta a nuestras necesidades, porque ayer no teníamos sueños y anhelos, sin embargo hoy los tenemos porque Jesús nos ha vuelto a vida.
Pero ¿que milagros y qué señales hemos visto? Sin duda alguna podría pasarme el día entero contándote grandes milagros que Dios ha realizado, y cómo estos mismos han despertado en el hombre el deseo de conocer de Dios, milagros que han vuelto al hombre hacia Jesús. El incrédulo que no creía hoy se encuentra entre las filas de los aleluyas, el escéptico hoy profesa sobre Cristo.
¡Pero no erremos! El más grande milagro es nuestra salvación. Cierto es que la apertura del Mar Rojo es un a gran prodigio de parte de Dios, cierto es que alimentar a 5000 almas con tan sólo 5 panes y dos peces es señal de su poder. Sin embargo nuestra salvación está muy por encima de estos prodigios y estas señales. Nuestra salvación merece una máxima distinción. Por eso es que hoy nosotros reconocemos sus señales, nosotros le alabamos por sus obras. Al igual que María y Moisés entonamos cánticos que declaran su poder y Señorío.
¿QUIÉN COMO TU OH JEHOVÁ ENTRE LOS DIOSES?
¿QUIÉN COMO TU MAGNIFICO EN SANTIDAD,
TERRIBLE EN MARAVILLOSAS HAZAÑAS
HACEDOR DE PRODIGIOS?
EXTENDISTE TU DIESTRA
LA TIERRA LOS TRAGO
NOS HAS CONDUCIDO EN MISERICORDIA
A ESTE TU PUEBLO HAS REDIMIDO.
Al igual que los israelitas hemos visto sus señales, al igual que aquella multitud, vamos tras él, porque hemos visto sus señales, hemos cruzado el mar tras nosotros y frente a nosotros las señales siguen manifestándose.
Sin embargo el relato histórico del Exodo presenta un cambio radical, ahora el cuadro que los Israelitas tienen frente a ellos, es difícil de aceptar, un desierto desolador, una travesía de cardos y espinos, pronto nos damos cuenta que las alabanzas y el reconocimiento hacia nuestro Dios, empiezan a cesar, los semblantes que irradiaban alegría y felicidad, cambian abruptamente, el pueblo que alababa ha enmudecido, ahora llevan tres días sin beber agua, se despiertan murmuraciones, lo que ayer eran alabanzas se convirtieron en reproches.
Exodo 15 .25 y Exodo 16.4 nos declara textualmente que Dios ahora les probaría.
El resultado de la prueba evidenciaría si estaban dispuestos a continuar creyendo en aquel que les había sacado de Egipto, pronto el resultado de la prueba le haría saber si su pueblo estaba dispuesto a depender en él por sobre cualquier circunstancia. El resultado ya lo conocemos, no sólo murmuraron sino que además volvieron sus ojos a Egipto.
<
La misma escena la contemplamos en el tiempo de Jesús con la multitud
Han cruzado el Mar de Galilea tras Jesús, tras la multitud y frente a ella, las señales siguen manifestándose, de nuevo son participes de uno de los milagros del maestro- Con tan sólo 5 panes y dos peces les alimenta, ha multiplicado los panes para alimentar a 5000 almas. Jesús ha mostrado su amor desinteresado hacia esta multitud, hasta ese momento la alegría y la felicidad es desbordante. Sin embargo ahora encontramos al maestro como parte de una prueba individual para Felipe a una prueba generalizada para toda aquella multitud. Llegó para esta multitud el momento de probarles, su amor no ha cambiado, su amor aun prevalecía para con ellos, les hablo con dureza no porque estuviera resentido, sino porque aún les amaba. Llegó el momento de pasarlos por fuego, el resultado de la prueba revelaría quiénes serian sus verdaderos discípulos. La confrontación y las palabras que Jesús expresara hacia ellos, traería como resultado reproches, murmuraciones y quejas.
Juan 6 41. Declara textualmente que <
Juan 6.60. Declara que muchos de sus discípulos no soportaban sus palabras
<
Juan 6 61. Declara que <
Juan 6.66 . Dice- <
El resultado de la prueba - restó numerosos discípulos, estos no sólo miraron atrás como las israelitas sino que además de mirar, lograron volverse atrás. Las pruebas que nuestro Dios pusiera a los hijos de Israel, las pruebas que Jesús pusiera a aquellos que se proclamaban sus discípulos arrojaron un mismo resultado- El hombre vuelto atrás. Sin embargo Hoy por hoy Dios desea encontrar a un pueblo que le busque y le siga, no por lo que Él pueda darnos, sino por lo que ÉL es. Como Iglesia sabemos que seguir a Jesús no es nada sencillo, cuesta seguirle. Como iglesia sabemos que no estamos exentos de luchas y pruebas, la Iglesia desde su manifestación en el libro de los Hechos ha experimentado vicisitudes, persecuciones, muerte. Jesús fue muy claro al declarar que <
Lo lamentable es que estos dos pasajes nos están hablando tanto del pueblo de Dios como de sus discípulos. En ellos encontramos amnesia espiritual. Las señales, los milagros, los portentos que manifestaban el poderío y señorío de nuestro Dios quedaron en el olvido. El momento de prueba había hecho sombra a su alabanza, el desierto había secado sus gargantas, ya no más le alababan, ya no más le reconocían. Sin embargo para el escritor Juan, esta prueba no sólo arrojó resultados negativos, algo desea Juan que atendamos. ¡No todo son notas tristes!, ¡No todo son malas noticias! El se encontraba entre esa multitud, él fue probado, el timbre de reprensión en la voz de Jesús también se dirigió hacia él, la mirada de Jesús también se ubico en su persona ¿Quieren acaso irse también ustedes? Ahí miramos a Juan, a ese discípulo amado recibiendo también reprensión, a ese discípulo amado siendo pasado por fuego. La mirada de Jesús enmudece a todos ellos. De pronto una voz da fin al silencio, es Pedro el arrebatado, las palabras que expresara Pedro, fueron las declaraciones que hicieron eco en su corazón, tanto penetraron en él que logro rescatarlas de entre sus memorias, tanto simpatizó con sus palabras que decidió arrebatarlas de sus labios para plasmarlas en su evangelio.
Señor ¿A QUIEN IREMOS? TÚ tienes palabras de vida eterna.
Que sus palabras en ocasiones sean duras y difíciles de aceptar- quizá. Que muchos hoy se han apartado- quizá, que la prueba sea difícil y desgastaste, quizá pero a pesar de todo a él iremos. Juan pudo observar cómo muchos de aquellos, que quizá ya eran sus amigos, decidían volver atrás. Al igual que Juan hemos sido testigos cómo muchos de los que se añadieron a la Iglesia, ENTRE aquellos QUIZÁ MUCHOS YA ocupaban un lugar importante en nuestra vida. Quizá ERAN AMIGOS NUESTROS, tal vez era nuestra familia misma lamentablemente cuando su FE fue puesta a prueba, se halló falsa y decidieron retroceder. Hoy la mirada de Jesús se dirige a sus Iglesia, a los suyos. Hoy al igual que Ayer las palabras de Jesús son las mismas. Han transcurrido 20 siglos y las preguntas que Jesús expresó a sus discípulos, siguen haciendo eco a la Iglesia. Sin embargo Hoy al igual que Pedro- estamos ciertos en afirmar, que a pesar de todo a él iremos, porque sólo él tienen palabras de vida eterna. Recuerdo perfectamente cómo entre los años de mi adolescencia, un día mi Padre abrió el refrigerador para que comiéramos y sólo encontró la olla de frijoles, abrió la alacena y sólo encontró una bolsa de sopa, rápidamente mi hermano y yo comenzamos a buscar por toda la casa monedas tiradas para completar las tortillas, fue uno de los momentos más difíciles, sin embargo lo que más tengo presente es que allí mi Jesús estaba, su misericordia y su fidelidad aún allí estaban presentes. Como familia él nos ha llevado por pastos deleitosos, en abundancia y prosperidad, Dios nos ha enseñado a tener como a no tener, pero la más grande lección que él nos ha enseñado es que Él Sigue siendo el mismo. Son lecciones que no podemos olvidar, su amor aun y a pesar de las circunstancias difíciles sigue manifiesto a nosotros, pese a que desde nuestra perspectiva visualicemos abandono de su parte, él sigue estando allí, tarde o temprano el pasará por fuego nuestra FE. Esa es la más grande riqueza que posee la iglesia. Cristo, Cristo, Cristo, Yo le amo no por lo que el me da sino por lo que el es, Yo le amo no por lo que el me ofrece sino porque el es mi Dios, y si hoy le amo es porque él me amo primero.
Quizá el sol y el desierto nos agote, sin embargo allí el Espíritu Santo nos recuerda y nos dirige a Cristo- El es el agua de Vida, el es el pan de vida. Estamos entre Egipto y Canaan y porque Canaan es Cristo a él iremos. Cansado el camino ¡quizá! pero a pesar de todo a Cristo iremos, el sol es agotador ¡quizá! pero a pesar de todo a Cristo iremos como iglesia, somos la novia que va al encuentro con su esposo, cierto es que hoy no caminamos sobre alfombras rojas, pero sabemos que cuando lleguemos a él, mansiones celestiales nos esperan, cuando lleguemos a él, no habrá más llanto, cuando lleguemos a él, no habrá mas dolor, cuando lleguemos a él, las enfermedades se irán. Somos la novia enamorada que toda palabra le parece dulce, quizá a muchos les suenen duras y difíciles de aceptar, sin embargo, cuando él emite palabra a su novia, sus palabras son como miel a nuestro paladar.
Iglesia en este desierto ¿a quien iremos? Iglesia, no perdamos la brújula la tierra prometida nos espera. El es Canaán. ¿A quién iremos? Si solo Jesús es la tierra que fluye leche y miel. Somos el remanente fiel que aún lucha por seguir las pisadas del Maestro. Somos las ovejas que conocen la voz de su pastor. Quizá aveces nos lleve por caminos pedregosos, quizá aveces sea larga la travesía, sin embargo conocemos que después de esta travesía, mejores pastos nos esperan.
¿A quien podemos ir? si sólo él es nuestro consuelo, si sólo el es nuestro refugio, si sólo el es nuestro socorro, si sólo el nos ama con amor eterno, Si sólo él tiene palabras de vida eterna
Que el Señor nos ayude a permanecer firmes en medio de la prueba y a pesar de ella poder declarar como Pedro-
Nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.