¿PORQUE CELEBRAMOS LA LITURGIA EN DOMINGO ?
"El Domingo, el día de la resurrección de Cristo y de la aparición
ante los discípulos del Cristo crucificado y resurrecto, es el día
principal en el cual los cristianos se reúnen para la celebración
eucarística. En el seno de esta asamblea, la Palabra es leída y
predicada y los sacramentos son celebrados"
Principio 6. El Uso de los Medios de Gracia. Una Declaración acerca
de la práctica de Palabra y Sacramento.
El Domingo es el día festivo original de los cristianos centrado en
la resurrección de Cristo. Es "el día del Señor". El nombre dado a
este día de la semana refleja esta centralidad en muchos idiomas. En
castellano o en italiano, por ejemplo, el nombre esta basado en la
palabra latina que significa "Señor" : Dominus = Domingo.
Lamentablemente en inglés y otros idiomas del norte de Europa, el
antiguo nombre mitológico es aún utilizado (p. Ej. Sun (Sol), Thor,
Saturno).
Las Escrituras identifican cuidadosamente el primer día de la semana
(El domingo, no el sábado = el sabat) como el día de la resurrección.
Las mujeres encontraron la tumba vacía en el primer día de la semana
(Mateo 28:1 ; Marcos 16 : 2 ; Juan 20 ;1) ; el Cristo resucitado se
apareció, en primer lugar, en este día (Marcos 16 :9 ; Juan 20 :19).
Los primeros cristianos se reunían poco antes del atardecer del
primer día de la semana (aún cuando este era en el mundo antiguo un
día laborable), para leer las escrituras hebreas y los testimonios de
los apóstoles y evangelistas, y compartir la Cena del Señor (Hechos
20 :7). A partir de esta primera costumbre de los cristianos, el
domingo ha llegado a ser el día de la celebración litúrgica, y no
necesariamente un día no laborable.
El emperador Constantino lo dignificó como festivo porque era este un
día muy especial para honrar a Cristo en la celebración de cada
semana.
No es un accidente el que los cristianos se congreguen en el domingo
para la celebración litúrgica y especialmente para la Santa Comunión.
A partir de la primera Pascua, los cristianos han experimentado las
apariciones del Cristo resucitado en "el primer día de la semana". La
celebración realizada en este día es un testimonio de Cristo, de su
resurrección , y de la esperanza de su regreso. Juan, el discípulo
amado, se describe a sí mism ocomo viviendo en: "El Día del Señor fui
arrebatado por el Espíritu" (Apocalipsis 1 : 10) como elcontexto de
sus revelaciones.
Históricamente, el domingo no es simplemente una versión cristiana
del sábado judío. Es muy posible que los cristianos de extracción
judía durante los primeros siglos observaron tanto el Sabat con los
hebreos y el primer día de la semana - el día del Señor - con los
cristianos, porque ambos días tenían su propia y específica
significación. El Sabat encuentra su origen en el decálogo. El Sabat
recuerda la creación : "...y en el séptimo día Dios descansó". El
domingo apunta hacia la resurrección de Jesús. En la Apología de la
Confesión de Augsburgo claramente se argumenta que la celebración
cristiana del domingo no es una continuación de la observancia
del Sabat (CA XXVIII). Lutero enseñó también que el comportamiento
apropiado de los cristianos es aquel de centrarse en la predicación,
la escucha y el aprendizaje de la Palabra de Dios, y no en el
descanso del trabajo. (Catecismo Menor : El Tercer Mandamiento)
Por supuesto, el domingo no es el único día apropiado para celebrar
la liturgia. Ningún día transcurre sin la alabanza a Dios en Cristo
Jesús. La oración diaria - matutina y vespertina - tanto en la
congregación como en el hogar, en la celebración dominical, en los
días de especial devoción, durante las épocas de especial preparación
del Adviento y la Cuaresma, la oración antes de las comidas, al
acostarnos y levantarnos, son todas importantes. Pero estas
oportunidades adicionales de celebración no disminuyen el lugar
especial del domingo en la proclamación del evangelio.
La celebración realizada en el día domingo es una tradición antigua y
bíblica ; ella es un testimonio de la realidad histórica de la
resurrección de Cristo. La liturgia dominical mantiene la identidad
cristiana tanto en una cultura hostil - como la de los primeros
siglos de la era cristiana - o en una cultura que es oficialmente
sostenedora de l aiglesia, tal como ocurrió en los siglos posteriores
a Constantino. En nuestros propiosdías, la asamblea de todos los
creyentes bautizados para celebrar la Cena del Señor es un testimonio
evangélico importante para el mundo.
Todas las cosas en la vida cristiana son llevadas a cabo en fe,
esperanza y caridad, mirando hacia adelante hacia la gloria que aún
ha de ser revelada. Esta es una verdad preeminentemente verdadera con
relación a la reunión de los creyentes. En el Octavo Día,
perpetuamente el Primer Día de los nuevos tiempos, esta visión de
la eternidad llega a ser el centro.
Luego, en un sentido particular, nuestra ciudadanía celestial es
afirmada clara e inequívocamente. Es aquí donde renovamos cada semana
nuestra alianza con la Jerusalén celestial, aquí se nos da una cierta
visión de la esperanza de nuestro llamado. En el domingo no se nos
ofrece meramente una exhortación homiletica para creer o una
declaración catequetica de la fe, sino que es la viva y actual
experiencia de la completa y comprensiva celebración.
-H. Boone Porter-
El Día del Señor proclama el comienzo de un nuevo día (era)en el
cual Cristo es el Señor del tiempo, de la vida y de la muerte, y de
una nueva comunidad.
Preparado por Paul Nelson.
Noviembre de 1997.
Traducido y adaptado por Lisandro Orlov
Junio de 1998.
© - Todos los derechos reservados por los autores de la obra
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